En Efesios 2:8-9, Pablo dice que la vida eterna es “el don de Dios”. Pues algunos no están de acuerdo cuando afirmo eso, porque en realidad Pablo dice que la salvación es el don de Dios (“Porque por gracia sois salvos por medio de la fe… pues es don de Dios; no por obras…”). No obstante, unos versículos antes, Pablo deja claro que esa salvación “por gracia mediante la fe” se refiere a ser vivificados espiritualmente (Efesios 2:5).
En Juan 4:10, el Señor Jesús habló del “don de Dios”. Además, en el versículo 14 dejó claro que el don de Dios es la vida eterna.
La vida eterna es un don. Pero es condicional. Para recibir este don, debemos creer en el Señor Jesucristo para obtener esa vida (Juan 3:16; 4:10-26; 5:24; 6:35, 37, 39, 47; 11:25-27; 20:31).
¿Pero no es este don gratuito para quien lo recibe? Sí. Véase Apocalipsis 21:6 y 22:17. Esta agua de vida es gratuita para todo el que la desee.
Hay una diferencia entre un costo y una condición. Algo puede ser otorgado condicionalmente, sin costo alguno para quien lo recibe. Ese es el caso de la vida eterna. El Señor Jesucristo pagó el precio completo por este don.
Pero este don no se da a todos. Se da a quienes creen en el Señor Jesucristo.
Santiago 1:17-18 también llama la vida eterna el don de Dios, recibido al creer en “la palabra de verdad” relativa a esa vida.
Muchas personas comprenden que el don es condicional, pero se equivocan respecto a cuál es la condición.
Algunos dicen que la condición es una fe genuina, la cual explican como apartarse de los pecados, rendirse y comprometerse a servir a Dios el resto de nuestras vidas. No. Es fe en Cristo.
Algunos dicen que la condición es recibir a Cristo, lo cual describen como invitarlo a entrar en tu vida. No. Es fe en Cristo.
Algunos dicen que la condición es confesar a Cristo, lo cual definen como pasar al frente en un culto. No. Es fe en Cristo.
Algunos dicen que la condición es el bautismo, ser sumergido en agua. No. Es fe en Cristo.
La vida eterna es el don de Dios. Esa es una buena noticia, sin duda (véase Gálatas 1:6-9; 2:16). Pero asegúrate de saber que has cumplido con la condición. Es simple. Jesús promete vida eterna a todos los que creen en Él para obtenerla. Sin condiciones adicionales. Una vez que crees en Él, estás seguro para siempre. La vida eterna es, en verdad, vida eterna.
Permanece firme en la seguridad de tu destino eterno y mantendrás la gracia en el punto de mira.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Sus libros más recientes son Faith Alone in One Hundred Verses [Sola Fe en Cien Versículos] y Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]


