Mucha gente piensa erróneamente que había un mensaje de salvación para la gente del Antiguo Testamento, otro mensaje de salvación para la gente en el tiempo de Cristo, y otro mensaje de salvación para la gente después de que naciera la iglesia. Pero el Señor dejó claro que el mensaje que predicó es el mismo mensaje por el que Abraham se salvó (Juan 8:56) y por el que cualquiera en su día, todavía antes de la cruz y antes de la iglesia, podía ser salvado (Juan 5:39-40).
Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo” (Juan 8:12; 9:5). La luz revela. Él es quien nos revela a Dios y la verdad de Dios. Es especialmente importante que nos revele la verdad de Dios sobre la vida eterna (Juan 6:68).
El Señor Jesús es el más grandioso evangelista de Dios, y nos dijo lo que la gente debe hacer para ser salva en cada era.
Zane Hodges escribió un libro breve titulado: Jesus, God’s Prophet [Jesús, el Profeta de Dios]. Él mostró que toda la doctrina del Nuevo Testamento encontrada en las epístolas fluye directamente de las enseñanzas del Señor Jesús. Eso también es cierto respecto a la doctrina de la salvación.
Juan 3:16 sigue vigente hoy en día. También lo son las decenas de versículos del Evangelio de Juan en los que el Señor Jesús dice que quien cree en Él tiene vida eterna, nunca se perderá, nunca tendrá hambre ni sed, nunca morirá espiritualmente, nunca será expulsado, etc.
Todo lo que las epístolas enseñan, no contradicen las palabras del Señor Jesucristo.
En Gálatas, Pablo nos dice que recibió su evangelio directamente del Señor Jesús (Gál 1:12). El suyo no era un mensaje nuevo. El suyo era el mismo mensaje que Jesús predicó.
El último libro de la Biblia, el Apocalipsis, escrito probablemente en el año 70, pero posiblemente como muy tarde en el año 95, da el mismo mensaje de salvación que Juan 4:10-14. Véase Apocalipsis 22:17. El agua de vida en Juan 4 es el mismo mensaje de salvación que el agua de vida en Apocalipsis 22:17. El mensaje no ha cambiado.
Jesús es mucho más que nuestro Salvador. Es nuestro Señor. Es nuestro Rey. Es nuestro Juez que pronto regresará. También es nuestro Maestro. Es nuestra Luz. Es nuestra vida.
Morris escribe sobre la afirmación de Jesús: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida” (Juan 14:6): “la triple expresión que enfatiza la multiplicidad de la obra salvadora” (Juan, pp. 569-70).
Aquel que es “la verdad” es totalmente confiable. Cuando dice que quien cree en Él no perecerá jamás, sino que tendrá vida eterna, podemos y debemos creerle. De hecho, Jesús es el único camino. Los mensajes evangelísticos ideados por el hombre no tienen poder para salvar. Sólo el mensaje que Jesús nos dio es el agua viva que salta para vida eterna (Juan 4:14).
La Verdad fue y es el mayor evangelista de todos los tiempos. Debemos creer y proclamar el mensaje de vida que Él mismo nos dio.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]