En el evangelismo americano a menudo escuchamos distintas frases cuando se presenta el evangelio a los no creyentes. Al reflexionar un poco vemos que estas frases no se encuentran en la Biblia. Podemos ver algunos ejemplos. Con pocos cambios, una de esas frases dice: “Jesús está llamando a la puerta de tu corazón. Invítalo a entrar en tu corazón”. Otra es: “Haz que Jesús sea el Señor de tu vida”.
Aunque estas frases no se encuentran en la Biblia, los que las usan a menudo citan ciertos versículos para apoyar su uso. En el primer ejemplo, en el versículo de Apocalipsis 3:20, Jesús dice que está de pie en la puerta y llama. Si alguien abre la puerta, Él entrará. El problema es que Jesús no se está dirigiendo a los no creyentes. Se está dirigiendo a los creyentes en Laodicea. Quiere tener comunión con aquellos que ya tienen la vida eterna. No le está diciendo a la gente que invite a Él en sus corazones para ser salvados del infierno.
Respecto a hacer a Jesús el Señor de tu vida, a menudo se apela al versículo en Romanos 10:13. Allí, Pablo dice que todo aquel que invoque el nombre del Señor será salvado. Una vez más, como muestra el contexto, este es un mensaje para los creyentes. Los creyentes invocan el nombre del Señor para ser salvados de las consecuencias que el pecado trae a sus vidas.
Al considerar estas formas comunes de presentar el evangelio, pronto nos damos cuenta de que a menudo la gente se inventa estas frases sobre la marcha.
Pero el premio del rey de “inventar frases sobre la marcha cuando presentamos el evangelio” se lo lleva una frase muy común. Es “entrega tu vida a Jesús”. La escuchamos todo el tiempo, ¡Pero lo que hace que destaque sobre las otras es que ni siquiera podemos encontrar un versículo sacado de contexto para apoyarla!
Obviamente, la palabra clave aquí es “entrega”. Usando la traducción de NKJV [New King James Version, Reina-Valera 1960 como equivalente en español] de la Biblia como base, la palabra sólo aparece ocho veces. Todas ellas están en el Antiguo Testamento (Deuteronomio 32:30; 2 Reyes 7:4; 15:16; Jeremías 38:17, 18, 21, 22, 23). En todos los casos se refiere a entregarse ante un enemigo terrenal (generalmente Babilonia).
Lo inesperado es que la palabra nunca aparece en el Nuevo Testamento. En otras palabras, en la Biblia la palabra “entrega” nunca se usa en un versículo que trata de cómo una persona recibe la vida eterna. Ni siquiera podemos encontrar la palabra en los versículos dirigidos a los creyentes, a diferencia de otras malas frases usadas para presentar el evangelio. Así, podemos considerar este popular modo de presentar el evangelio el rey de las malas presentaciones.
Mi suposición es que la mayoría de las personas que evangelizan así no son conscientes de estos hechos. (Tengo que admitir que como lo he escuchado tantas veces, pensaba que estaría en algún lugar del Nuevo Testamento). Son afortunadas de que nadie los desafíe preguntándoles en qué lugar de la Biblia se encuentra la expresión. Creo que sería embarazoso.
Una vez más, vemos que cuando escuchamos el evangelio presentado en los Estados Unidos, estamos escuchando presentaciones que no están basadas en la Biblia. Y aquí estoy nominando “entrega tu vida a Jesús” como el rey de las presentaciones del evangelio no bíblicas. No sólo no se encuentra en absoluto en el Nuevo Testamento, sino que cuando escuchamos esa frase nadie sabe exactamente lo que se requiere de la persona. ¿Qué significa entregar tu vida a Jesús para recibir la vida eterna? Con toda certeza no lo sé. Tampoco lo sabe el no creyente.
Por supuesto, la Biblia nos dice cómo evitar este problema. El Evangelio de Juan es el único libro cuyo propósito es decirnos cómo recibir la vida eterna. Aunque la palabra entrega no se encuentra en ese libro, la palabra “creer” aparece 100 veces. En lugar de inventar sobre la marcha, ¿por qué no decimos a los no creyentes lo que el Nuevo Testamento les dice que tienen que hacer para recibir la vida eterna? El que cree en Jesús para la vida eterna la recibe como un regalo gratuito (Juan 3:16; 5:24; 11:25-27, etc.). En cuanto a la palabra “entrega”, invito a todos a destronar al rey. Después de todo, sólo en el Evangelio de Juan, el rey pierde 100 a 0.
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Ken Yates es el pastor de la iglesia Little River Baptist [Iglesia Bautista Rio Pequeño] en Jenkinsville, Carolina del Sur. Él enseña con GES en los institutos bíblicos por todo el mundo.