No sé si técnicamente es correcto llamar regalo a algo que compras para ti mismo. Pero he oído a gente decir eso.
Así que decidí hacer una búsqueda en Google. Escribí “comprarte un regalo“. Me sorprendió encontrar que había 566 millones de resultados. El primer resultado decía: “Los estudios han demostrado que gastar dinero en otros puede hacernos más felices que gastar dinero en nosotros mismos. Sin embargo, esto no significa que comprarte un regalo sea una buena idea” (énfasis añadido).
El siguiente artículo era “La felicidad es comprarte un regalo: ¡Te lo mereces!” El siguiente título era “Por qué deberías comprarte un regalo”. Y continuaba: “Los 40 mejores regalos para comprarte en 2024”, “Cómo abrazar el acto de regalarse a sí mismo”, “Date un capricho: 4 razones legítimas para comprarte un regalo”. Y así sucesivamente.
Pero, ¿qué pasa con el regalo que Dios da a las personas que creen en Su Hijo? ¿Podemos comprarnos ese regalo a nosotros mismos?
El Señor Jesús llamó a la vida eterna “el don de Dios” (Juan 4:10, 14), y el apóstol Pablo también lo hizo (Efesios 2:5, 8-9).
El Señor Jesucristo compró el regalo de la vida eterna con su sangre derramada en la cruz. A menudo cantamos, “Jesús lo pagó todo. A Él todo debo”. Sin embargo, la expresión Él lo pagó todo no se encuentra en las Escrituras. La palabra pagó nunca se usa en las Escrituras para referirse a la muerte de Jesús en la cruz.
Se emplean diversas palabras respecto a la muerte de Jesús. Una de ellas es comprado (agarazō). “Porque habéis sido comprados por precio…” (1 Corintios 6:20; 7:23). Otra palabra relacionada es redimió (exagarzō). “Cristo nos redimió…” (Gálatas 3:13; 4:5). “Sabiendo que fuisteis rescatados [redimidos] de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata…sino con la sangre preciosa de Cristo” (1 Pedro 1:18-19). “Con tu sangre nos has redimido…” (Apocalipsis 5:9). También tenemos la palabra rescate (antilutron). “Cristo Jesús…se dio a sí mismo en rescate por todos” (1 Timoteo 2:6).
Pero, ¿podría ser posible que el regalo de la vida eterna haya sido pagado por el Señor Jesús y, sin embargo, haya un precio que nosotros debemos pagar?
Muchos pastores y teólogos dicen que la vida eterna es un regalo que nos cuesta todo. Jerry Moyer tiene un artículo titulado “Salvation Is a Free Gift that Will Cost You Everything! [¡La salvación es un regalo gratuito que te costará todo!]”. Se puede consultar el artículo aquí. Brandonweb.com tiene este artículo, “The High Cost of the Free Gift – Romans 6:23 [El alto costo del regalo gratuito – Romanos 6:23]”.
Los doctores James Boice, John Piper y John MacArthur enseñan que el regalo te cuesta todo. Consulta este video de 6 minutos hecho por mí.
Aunque eso puede sonar razonable, es como la historia de Hans Christian Andersen, El traje nuevo del emperador. Las Escrituras son claras en cuanto a nuestra salvación: “no por obras, para que nadie se gloríe” (Efesios 2:8-9). La vida eterna nos es dada gratuitamente, sin costo alguno para nosotros (Apocalipsis 22:17).
Si debes renunciar a todo para tener la vida eterna, entonces no es un regalo de Dios. Cuando Dios da el regalo de la vida eterna, es absolutamente gratuito para el receptor.
No sé si es correcto hablar de un regalo que compramos para nosotros mismos. Pero si es así, entonces lo compramos nosotros.
No sé si es correcto hablar de un regalo pagado en parte por alguien más y en parte por nosotros. Pero si lo es, entonces lo compramos con algo de ayuda de un amigo.
A lo largo de mi vida, he recibido muchos regalos por mi cumpleaños y Navidad. Nunca me han pedido pagar mi parte. ¿A ti sí?
Por supuesto, quienes estamos seguros eternamente por la fe en Cristo, sin necesidad de pago alguno de nuestra parte, deberíamos sentirnos altamente motivados para vivir para Él. La gratitud es un poderoso motivador. También lo es el deseo de aprobación de Aquel que más nos importa (1 Corintios 9:27). Deberíamos vivir cada día a la luz del Tribunal de Cristo. Pero decir que debemos vivir para Él para entrar en su reino es pervertir la promesa de la vida.
____
Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]