“Concluimos, pues, que el hombre es justificado por fe, sin las obras de la ley.”
Mientras trabajaba en mi libro sobre cien versículos que comprueban que la salvación es sólo por fe, aparte de obras, descubrí una explicación interesante en relación a lo que Pablo intentó decir en Romanos 3:28, cuando concluyó “que el hombre es justificado por fe, sin las obras de la ley.”
Eso me parece evidente. Justificación ante Dios es por fe, aparte de obras. Pablo declara lo mismo a lo largo de la carta a los Romanos 3:21-31 (y de nuevo, en el capítulo 4).
Las letras QED representan la frase Latina Quod Erat Demonstrandum, la cual significa “lo que se quería demostrar,” o “ha sido probado” A menudo, QED se pone al final de una prueba matemática para indicar que el asunto ya está resuelto. Ha sido probado.
Versículo 28 es el QED de Pablo.
Pablo dice claramente que nuestras obras no tienen nada que ver con nuestra justificación. No obstante, encontré un comentario popular sobre Romanos donde el autor argumenta que mientras fe es la única condición de la justificación, nosotros necesitamos una fe verdadera para ser justificados. El comentarista, John MacArthur, entonces continuaba durante unas cuatro páginas para dar nueve distintas “evidencias confiables de la fe salvadora.” Según él, las evidencias de la fe salvadora incluyen:
1. “amor a Dios,”
2. “arrepentimiento del pecado y un sentido de odio a ello,”
3. “humildad genuina,”
4. “devoción a la gloria de Dios,”
5. “oración,”
6. “amor sacrificial,”
7. “separación del mundo,”
8. “crecimiento espiritual,” y
9. “vivir en obediencia al Señor.”
(MacArthur, Romans [Romanos] 1-8, pág. 323-326).
Muchos comentaristas y teólogos hoy en día afirman justificación sólo por fe, pero cuelan obras por la puerta de atrás, al decir que la única manera de que uno puede saber si realmente cree es por examinar sus obras. Mientras ese enfoque está bien intencionado, no es consistente con la doctrina apostólica.
Hay solamente una evidencia segura que prueba que usted ha ejercitado la fe salvadora. Esa evidencia consiste en el hecho que usted actualmente cree en Jesús para la vida eterna. Por supuesto, nosotros sabemos lo que creemos. La idea de que necesitamos algunas evidencias externas para decirnos lo que creemos parece extraña. ¿Cómo sabe usted que cree que Dios existe? ¿Usted mira hacía sus obras para decirle que es teísta? No. Usted mira hacía Sus obras (Salmo 19:1).
¿Cómo sabe usted que cree que Jesús murió en la cruz por sus pecados? ¿Usted mira hacía sus obras para decir eso? Claro que no. Usted mira hacía la palabra de Dios.
¿Cómo sabe que Jesús vendrá de nuevo? Sus obras no le dirán eso. La Palabra de Dios lo dice.
Del mismo modo, ¿cómo sabe usted que cree que la justificación es sólo por fe? Porque usted cree que eso es verdad. Porque usted cree lo que dijo Dios a través del Señor y de Sus apóstoles.
Buenas obras no pueden probar que una persona ha sido justificada por fe. Curiosamente, MacArthur da varios avisos en su discusión de estas nueve evidencias confiables de la fe salvadora. Por ejemplo, respecto a la tercera evidencia, el arrepentimiento del pecado y un sentido de odio a ello, el autor avisa, “El arrepentimiento verdadero es más que simplemente lamentar su pecado. Judas lamentaba mucho su pecado de traicionar a Jesús…” (pág. 24). Él añadió, “Ningún cristiano se hace completamente sin pecado hasta que se encuentra con el Señor.”
En cuanto a su quinta evidencia, MacArthur advierte, “Cada cristiano genuino admitirá sin reserva que no ora tan frecuentemente, ni tan fervientemente, ni tan persistentemente como debería” (pág. 225).
Cada una de sus nueve evidencias es subjetiva. Si una persona está mirando hacía sus obras para ver si es justificada, entonces no estará segura de que lo es. ¿Por qué? Porque está buscando en un lugar equivocado. Si usted cree la promesa de vida eterna/justificación dada al creyente, entonces usted sabe que es justificado y nacido de nuevo. El mero acto de mirar hacia sus obras para ver si es nacido de nuevo y justificado muestra que usted actualmente no cree la promesa.
Bob Wilkin es Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]