Tener la vida eterna es realmente fantástico. Juan nos dice que aquellos que la tienen han vencido al mundo (1 Juan 5:4). Santiago dice que es un don perfecto (Santiago 1:17-18). No es exagerado decir que todo creyente debería estar agradecido por ese regalo cada día de su vida.
Ciertamente no quiero parecer ingrato, pero es muy desafortunado que muchos (quizás deberíamos decir la mayoría) cristianos piensen que eso es todo lo que hay en la vida cristiana. Llegan a la Biblia y concluyen que el único propósito de las Escrituras es decirnos cómo podemos “ir al cielo.”
Es desafortunado porque el hecho es que la gran mayoría del Nuevo Testamento no trata de eso en absoluto. En cambio, nos instruye cómo vivir después de que sepamos que tenemos vida eterna.
Si simplemente diéramos un paso atrás, entenderíamos que este tiene que ser el caso. ¿Por qué los escritores del Nuevo Testamento escribirían 27 libros cuyo propósito es decirles a las personas cómo recibir la vida eterna y luego mandar 26 de ellos a personas que ya la tenían? (Sólo el Evangelio de Juan fue escrito para los no creyentes.)
¿Alguna vez has escuchado a un cristiano quejarse de los sermones en su iglesia por esta razón? Yo sí. La queja es que van a la iglesia y cada semana oyen lo que deben hacer para ser salvos. Luego suelen comentar que un 99% de las personas allí ya son salvos. Y entonces se preguntan por qué se molestan en asistir.
Se podría decir con razón que si la Biblia solo fue escrita para decirles a las personas cómo obtener la vida eterna, ¿por qué deberían leerla los creyentes? Si ya tienes vida eterna, ¿por qué estudiar un libro que te dice cómo obtenerla?
Podemos ver el libro de Romanos como un caso de estudio. Muchos evangelistas lo usan para decirles a las personas cómo pueden ser salvos. Ellos evangelizan utilizando el “Camino Romano” tanto verbalmente como en numerosos tratados evangélicos.
Pero, ¿es posible que el libro de Romanos nos enseñe algo más?
Indudablemente. En Romanos 5:9-10, Pablo dice específicamente que está enseñando algo (que es?) “mucho más.” De hecho, usa esas palabras dos veces, una en el v. 9 y otra en el v. 10.
En el v. 9, Pablo habla sobre ser justificado y en el v. 10, sobre ser reconciliado con Dios a través de la muerte de Cristo. Cuando recibimos vida eterna como un regalo por medio de la fe, también fuimos justificados (declarados justos por Dios), y reconciliados con Dios. En términos sencillos, cuando fuimos eternamente salvados, dejamos de ser los enemigos de Dios. Estamos en paz con Él.
¡Pero ese no es el final de la historia! Hay “mucho más” que está disponible para el creyente. Como discute Pablo en los capítulos. 5-8, los creyentes tienen el Espíritu de Dios en ellos. Pueden caminar (es decir, vivir) por el poder del Espíritu. Si lo hacen, experimentarán aquí y ahora la vida abundante de la que habló Jesús en Juan 10:10.
Pero aún hay más. En el proceso de caminar por el Espíritu, podemos saber que Dios incluso usa las dificultades en nuestras vidas para conformarnos a la imagen de Cristo.
Pero hay más todavía. El creyente que camina por el Espíritu se convertirá en un hijo maduro de Dios y reinará con Cristo en el mundo venidero.
De veras, la Biblia tiene “mucho más” que simplemente decirnos cómo una persona puede salvarse del lago de fuego eterno. Ser salvo de ese destino ciertamente es una buena noticia. Pero la Biblia está llena de otros tipos de buenas noticias.
Una de las mejores cosas de la teología de la Gracia Gratuita es que señala estas cosas. Una vez que sabemos que tenemos vida eterna y que somos eternamente salvos del lago de fuego, podemos ver que la mayor parte de la Biblia nos enseña sobre muchas otras cosas también. Estas cosas incluyen: cómo caminar por el Espíritu, tener intimidad con Cristo, evitar consecuencias del pecado, y ganar recompensas eternas.
¡Hay “muchísimo más” allí!
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Ken Yates (Maestría en Teología, Doctorado, Seminario Teológico de Dallas) es editor de Journal of the Grace Evangelical Society. Es orador internacional y de la costa este estadounidense de GES. Su libro más reciente es Hebrews: Partners With Christ [Hebreos: Copartícipes de Cristo].