En inglés, tenemos la frase “Mantén el ojo en la pelota”. Como hablantes nativos, entendemos su significado. La “pelota” es lo importante. La frase nos advierte que no nos distraigamos del objetivo principal. Por ejemplo, si un político está en campaña, su equipo le recordará que mantenga el ojo en la pelota. El objetivo es ser elegido. Durante una campaña, pueden ocurrir muchas cosas que no son relevantes. No te centres en las cosas que no influirán en ganar las elecciones.
En Mateo 6:22-23, el Señor usa una frase que básicamente significa lo mismo. Dice que el ojo es la “lámpara del cuerpo”. Creo que captamos lo esencial de Su enseñanza si decimos que Cristo está hablando sobre en qué se enfocan nuestros ojos. ¿Qué iluminan nuestros ojos? Dice que nuestros ojos pueden ser “buenos” o pueden ser “malignos”. Podemos enfocarnos en lo bueno o en lo malo.
Para usar nuestra frase en inglés, el Señor está diciendo que debemos mantener el ojo en la pelota, que Él llama lo “bueno”. Pero, ¿qué es lo bueno?
Creo que la mayoría de las personas en el mundo evangélico dirían que es “ir al cielo”. Eso debería ser en lo que nos centremos. No deberíamos permitir que nada nos distraiga de ese objetivo.
Eso no es correcto. El creyente ya sabe que estará en el reino de Dios. No es necesario que ese sea nuestro objetivo.
Desde una perspectiva más bíblica, algunos se dan cuenta de que el Señor está diciendo a los discípulos que vivan para el mundo venidero. No deberían preocuparse por las cosas de este mundo, porque está pasando. Este es obviamente el contexto. En los versículos anteriores, Jesús nos dice que no hagamos tesoros en la tierra (vv. 19-21). En los versículos siguientes, nos dice que no amemos este mundo presente (v. 24). En otras palabras, Jesús dice que nuestra atención debería estar puesta en el mundo venidero. Esa es la pelota en la que debemos mantener el ojo.
Si bien todo esto es cierto, creo que es demasiado general. El Señor nos está diciendo más que simplemente que este mundo es temporal y que viviremos en un reino eterno. Creo que el Señor es muy específico sobre cuál es esa “pelota” buena. Se trata de las recompensas.
Estos versículos se encuentran en el Sermón del Monte (Mateo 5:1–7:27). Uno de los principales propósitos, si no el principal, del sermón es enseñar al creyente sobre las recompensas en el reino venidero. El sermón comienza con esa idea (5:3-12) y termina con el mismo tema (7:24-27). Gran parte del sermón describe el tipo de vida que será grandemente recompensado cuando el Señor regrese.
El Señor desea, y lo hará, recompensar a los creyentes que le sean fieles y obedientes. Serán grandes en Su reino. Esa es la pelota en la que el Señor quiere que mantengamos nuestro ojo.
La triste verdad es que la mayoría de las personas, incluidos los creyentes, rechazan esto. Dicen que debemos ser fieles al Señor solo porque lo amamos. Esa debería ser toda la motivación que necesitamos. Vivir para las recompensas se considera egoísta. No habrá recompensas en el reino.
La mayoría añadiría que, incluso si hay recompensas en el reino, no es un tema importante. Sin embargo, en el contexto del Sermón del Monte, el Señor enfatiza estas recompensas. Les dice a los discípulos que hagan tesoros en el cielo (v. 20). No deben hacer tesoros en la tierra (v. 19). Deben enfocarse en la cantidad de tesoros que están acumulando para el mundo venidero. En eso deberían estar enfocados sus ojos (vv. 22-23).
Si eres una persona que no cree en las recompensas en el reino venidero, has quitado el ojo de la pelota. Todos deberíamos desear escuchar al Señor decir que fuimos Sus siervos fieles. Todos los creyentes vivirán con Cristo. También deberíamos desear reinar con Él.
Él dijo —parafraseando: “¡Haced tesoros para vosotros mismos en Mi reino! Buscad las recompensas que vienen de Mí”. Lo enseñó en muchos lugares. En Mateo 6:22-23, casi dice cómo el creyente puede “mantener el ojo en la pelota”.
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Ken Yates (Maestría en Teología, Doctorado, Seminario Teológico de Dallas) es editor de Journal of the Grace Evangelical Society. Es orador internacional y de la costa este estadounidense de GES. Su libro más reciente es Hebrews: Partners With Christ [Hebreos: Copartícipes de Cristo].