En una reciente entrada de blog, sugerí que las recompensas perdidas se perderían para siempre. Uno de nuestros lectores estaba en un fuerte desacuerdo, y respondió diciendo, “Las recompensas son para un periodo, 1,000 años, no la eternidad. Alguien más respondió a ese comentario, preguntando “Dónde nos dice la Biblia que las recompensas son solo para un tiempo? ¡Es una pregunta honesta!”
Estoy convencido de que las recompensas eternas duran para siempre, no solo mil años. Estas son mis razones:
- En 1 Cor 9:24-27, Pablo dijo que debemos esforzarnos por recibir “una corona incorruptible.” Una corona incorruptible es aquella que no perece. Una corona que dura mil años es una corona corruptible, especialmente en el ámbito de la eternidad.
- El Señor nos mandó a acumular tesoros en el cielo “donde ni la polilla ni la herrumbre destruyen, y donde ladrones no penetran ni roban” (Mt 6:20, LBLA). Estaba comparando el tesoro terrenal corruptible (Mt 6:19), con el tesoro celestial imperecedera. Si el tesoro celestial dura 1,000 años, significa que se deteriorará y se perderá.
- El Reino Milenario no es un reino separado del reino del Señor Jesús en la nueva tierra (Ap 21-22). El milenio son los primeros mil años de lo que Pedro llama, “el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pe 1:11). Pedro dice que si añadimos a nuestra fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor (2 Pe 1:5-7), “[nos] será otorgada amplia y generosa entrada en el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo” (2 Pe 1:11). Esa rica entrada es al Reino Milenario, que es parte del “reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.” Si nuestra entrada rica no es para toda la eternidad del reino, entonces Pedro nos ha engañado.
- Jesús gobernará por siempre. Véase Daniel y Apocalipsis 21-22. Si Él gobernará por siempre, lo mismo es cierto para los que son coherederos con Él.
- Si todos gobernarán con Jesús después del Milenio, entonces el Señor y sus Apóstoles nos engañaron. Las Escrituras dicen que cosecharemos lo que sembramos en esta vida (Mt 16:27; Ga 6:7-9). Y en muchos textos, el Señor y sus Apóstoles dicen que solo reinaremos con Cristo si perseveramos en la fe y las buenas obras durante esta vida. Véase 2 Tim 2:12; Ap 2:26.
- Pedro dijo, “con el Señor un día es como mil años, y mil años como un día” (2 Pe 3:8). Si las recompensas duraran 1,000 años y luego terminaran, entonces serían recompensas solo de unos días según el tiempo de Dios.
- Apocalipsis 21-22 trata con el estado eterno en la nueva tierra. Sin embargo, hay varios pasajes allí que se refieren a recompensas eternas únicamente para los creyentes vencedores. Véase Apocalipsis 21:7, que dice “El que venciere heredará todas las cosas,”[i] y contrasta recompensas allí con el regalo gratuito de la vida eterna que todos tendrán en el estado eterno en Ap 21:6. Véase también Ap 22:14, que dice, “Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad” (dos recompensas), y compara eso con Ap 22:17, que habla del regalo gratuito de la vida eterna que todos tendrán en el reino eterno.
Francamente, si todos los creyentes van a gobernar con Cristo para siempre, ¡genial! Si Dios quería repartir recompensas divinas con una duración de solo un día divino, y si no hubiera recompensas por el resto de la eternidad, estaría bien para mi.
Pero si las Escrituras enseñan que la manera en que vivimos ahora determina nuestra capacidad de glorificar a Cristo—y es lo que hacen—entonces tengo que alinear mi pensamiento con las Escrituras.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].
[i] El versículo sigue diciendo, “y yo seré su Dios, y él será mi hijo.” Creo que es una referencia a una intimidad especial que el vencedor tendrá al reinar con el Señor Jesús en la eternidad. Para más información, véase el Grace New Testament Commentary [Comentario de gracia del Nuevo Testamento], Vol. 2, s.v. “Revelation,” [“Apocalipsis”] por Bob Vacendak, p. 1328. Vacendak dice, “A los creyentes vencedores se les darán muchas experiencias y recompensas en la eternidad, incluido el privilegio de gobernar con Cristo (cf. 2:26-27; 3:21; 2 Tim 2:12). El término hijo (que no se usa por Juan en ninguna otra parte) es una referencia al Pacto Davídico y la “adopción” de Dios del rey Davídico como Su hijo (cf. 2 Sam 7 y el Salmo 2).