Dick leyó mi reciente blog titulado “Cómo compartir nuestra fe de manera clara y cómoda, evangelizando como lo hizo Jesús” (Véase aquí), y le surgió esta pregunta:
Gracias por su ministerio, es útil y alentador. Sin embargo, tengo una pregunta para ustedes centrada en la palabra creer en el Evangelio de Juan. Ustedes escriben que “Jesucristo garantiza la vida ETERNA a todos los que simplemente creen en Él. Sin condiciones.” ¿No sería también cierto que creer en Jesús significa que crees en Él como el Salvador que quita nuestros pecados? Nunca he escuchado de nadie que crea en Jesús, y sin embargo, niegue ser pecador. ¿Alguna vez has oído hablar de eso? Simplemente no me tiene sentido que puedas evangelizar a alguien sin explicar que somos pecadores que necesitan un Salvador, y que creer en Él implica el reconocimiento de Jesús como ese Salvador.
No. Jamás he conocido a nadie que creyera en Jesús para la vida eterna, y sin embargo, no creyera en su propia pecaminosidad. Ciertamente tampoco he escuchado hablar del caso todavía más extremo descrito por Dick que se refiere a alguien que niega ser pecador que y que, sin embargo, creyó en Él para la vida eterna.
¿Por qué alguien creería en Jesús para la salvación eterna si no creyera que necesitaba esa salvación? Eso no tendría sentido.
Sin embargo, es una cuestión totalmente distinta, la de si debemos decirles a las personas que son pecadoras para poder evangelizar claramente. Si así es, entonces Jesús no evangelizó a Nicodemo de una manera clara, dado que no planteó el tema de la pecaminosidad de Nicodemo (Véase Juan 3:1-18).
Por supuesto, Nicodemo sabía que era pecador. El Señor Jesús no necesitaba plantear ese tema porque Nicodemo ya lo había creído. De hecho, cuando estudiamos la manera en que Jesús evangelizaba según el Evangelio de Juan, nunca lo encontramos tratando de convencer a las personas de que son pecadoras. El Señor Jesús no necesitaba sacar a relucir ese tema, porque Nicodemo ya lo había creído. De hecho, cuando estudiamos la forma en que Jesús evangelizaba, según el Evangelio de Juan, nunca lo encontramos tratando de convencer a las personas de que son pecadores. De vez en cuando, intentó convencerlos de que eran esclavos del pecado (Juan 8:34-59). Sus oyentes no creían eso. Sin embargo, eso no formaba parte de su mensaje evangelístico regular. Cuando habló con la mujer samaritana, le dijo que había tenido cinco maridos y que actualmente estaba viviendo con un hombre con quien no estaba casada. Pero no lo hizo para convencerla de que era pecadora. Ella ya lo sabía muy bien. Le habló de su estado civil para demostrarle que Él es el Mesías (compara Juan 4:16-18 con los versículos 19, 25, 28, y 29).
Durante mi vida, solo he conocido a unas pocas personas que afirmaron nunca haber pecado. Y dudo que esas mismas personas lo crean. Lo más probable es que solo les guste discutir. Pero si una persona realmente cree que no tiene pecado, entonces seguramente no cree que necesite salvación.
Según mi entendimiento de Juan 16:7-11, el Espíritu Santo convence a cada persona en la tierra de que es pecador, que Dios es justo, y que el juicio ya viene. No tengo ningún problema con que alguien cite Rom 3:23 y diga Todos en la tierra—incluso yo—hemos pecado, y estamos destituidos de la gloria de Dios. Pero tengo un problema si luego la persona siente la necesidad de obligar a otra persona a admitir haber mentido, codiciado, engañado, robado, o cometido actos de inmoralidad sexual. No veo ese ejemplo en las Escrituras, y creo que eso tiende a “magullar la fruta,” como solíamos decir en la Cruzada Estudiantil para Cristo.
Por otro lado, no tengo problema con alguien que comience su mensaje con Juan 3:16 y luego pase a tener una conversación. Si yo cito Juan 3:16 y digo que Jesús garantiza la vida eterna a todos los que creen en Él para ello, entonces los que me escuchan bien puedan hacer algunas preguntas. Pero las personas necesitan apartarse de sus pecados, ¿verdad? Las personas malas no pueden ir al cielo. No me estás diciendo ese mensaje loco de una vez salvo, siempre salvo, ¿verdad?
Me han hecho ese tipo de preguntas, y apuesto que a ti también. Eso puede conducir a una gran conversación. Siempre respondo de la misma manera: El Señor Jesús realmente promete la vida eterna a todo aquel que crea en Él. Eso es exactamente lo que dice en Juan 3:16. Y dado que todo ser humano es pecador, y solo Dios es bueno, eso quiere decir que las personas malas pueden ir al cielo y que una vez salvo, siempre salvo es realmente lo que Él promete. Ese el punto de la cruz. Él quitó el pecado del mundo (Juan 1:29), lo que significa que removió el pecado como barrera entre el hombre y Dios. Debido a la cruz, nuestros pecados no son el tema de la salvación. El Hijo de Dios, el Señor Jesucristo, es el tema. Si creemos en Él, entonces tenemos vida eterna que nunca se puede perder.
Pienso que la razón por la que muchos creen que no pueden evangelizar claramente sin intentar convencer a alguien de que es pecador se debe a que es parte de nuestra tradición evangélica moderna. Pero no fue la forma en que el Maestro evangelizó. Tampoco fue la forma en que lo hacían Sus discípulos (cf. Hechos 15:7-11; 16:30-31; véase también Ef 2:8-9; 1 Pe 1:23; Sant 1:18; 1 Juan 5:9-13; Ap 22:17).
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].