Hay al menos otras cinco escenas significativas en la cruz antes de esta. Comienzo aquí porque Jesús había dicho que resucitaría al tercer día. El primer día comenzó cuando murió en la cruz, y es por eso que comenzamos allí.
Según el modo de pensar judío, una parte del día contaba como un día entero.
Así que el día 1 de la esperada resurrección de Jesús fue el viernes a las 3 de la tarde, cuando Jesús murió, hasta la puesta del sol ese día.
El día 2 fue desde la puesta del sol del viernes, hasta la puesta del sol del sábado.
El día 3 fue desde la puesta del sol del sábado hasta la mañana del domingo cuando Jesús resucitó de entre los muertos.
La obra consumada de Jesús quitó el pecado (Juan 1:29). Es decir, removió el pecado como barrera entre Dios y el hombre. La cruz cierra la brecha.
Su muerte cumplió la justicia de Dios (1 Juan 2:2).
La obra consumada de Cristo significa que la promesa de vida que él hizo es verdad. Prueba que la promesa de vida es verdadera.
¿De qué manera?
En el evangelio de Juan están registrados ocho milagros, a los que él llama señales. El octavo y último señal es la muerte de Jesús en la cruz y Su resurrección de entre los muertos al tercer día (véase Juan 2:18-22).
Entonces, la obra completada de Jesús es tanto el medio por el cual fuimos hechos salvables, como la prueba de que Jesús realmente salva (de una vez por todas) a todos aquellos que simplemente creen en Él.
Mientras se estaba acercando a la muerte, Jesús dijo, “Tengo sed.” Eso fue el cumplimiento de una profecía en el Antiguo Testamento (Sal 22:15).
Cuando Jesús dijo, “¡Consumado es!” y “entrego el espíritu,” estaba cumpliendo varias profecías del Antiguo Testamento que dijeron que el Mesías moriría por los pecados de la humanidad (Sal 22:1, 16-17; Sal 31:5ª; Sal 34:20; Is 53:4-9). Dio Su vida. Nadie se lo quitó.
La obra consumada de Cristo implica lo siguiente:
- Él hizo todo el trabajo. No nos queda ningún trabajo por hacer.
- Él quitó la barrera del pecado. No tenemos que lidiar con nuestros propios pecados [para evitar la condenación eterna].
- Su promesa de vida eterna para todos los que simplemente creen en Él es verdadera. Su obra terminada prueba eso.
Su crucifixión junto a los hombres malvados y Su entierro en la tumba de un hombre rico también fue el cumplimiento de la profecía (Is 53:9; Juan 19:38-42).
Todas las señales en el Evangelio de Juan, incluso la señal más grande, la muerte y resurrección de Jesús, fueron dadas para llevar a las personas a la fe en Él para la vida eterna (Juan 20:30-31).
¿Tu crees que su obra es consumada?
Si es así, ¿estás seguro de que tienes vida eterna por la fe en Él? Si no, ¿Por qué no?
Juan 3:16 lo dice todo. El que cree en Él tiene vida eterna. Es realmente así de sencillo.
______________________
Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].