Un amigo, A.D., me envió una cita de un profesor del seminario que sostiene que hay promesas salvadoras en el Nuevo Testamento que no son claramente irrevocables. O, dicho de manera diferente, ese profesor argumenta que uno puede creer en Jesús únicamente para el perdón de sus pecados pasados, y ser salvo. Aquí hay una porción del artículo que citó A.D.:
Solo estamos estableciendo que la seguridad forma parte de la esencia de la fe, y que este principio de seguridad se aplica a todas y cada una de las promesas de Dios enumeradas en la Biblia. Si la fe está en una promesa que trata del perdón de los pecados, podemos estar seguros de que nuestros han sido perdonados si creemos en la promesa. Los pensamientos de vida eterna o seguridad eterna pueden ni siquiera estar en la pantalla del radar cuando uno confía en Cristo para el perdón de los pecados. Pero si la promesa es una que trata de la vida con Dios para siempre (Juan 11:25), y la seguridad forma parte de la esencia de la fe, entonces tener fe en esa promesa incluye la seguridad de que uno vivirá con Dios para siempre.
Pero decir que la seguridad forma parte de la esencia de la fe no es lo mismo que decir que la fe salvadora incluye creer en la seguridad eterna. Si la promesa trata del perdón de los pecados, entonces creer en ella significa tener la seguridad de que los pecados de uno son perdonados. No dice nada sobre los pecados futuros, el tema clave cuando se habla de la seguridad eterna. Para estar seguro, cuando María creyó las palabras de Jesús concerniente al hecho de que Él era la resurrección y la vida, ella tenía la seguridad de que se levantaría de entre los muertos y viviría con Él para siempre. La seguridad está vinculada con la promesa dada. Decir que uno debe creer en la seguridad eterna para ser justificado nos devuelve a la cuestión de si la única declaración clara con respecto a lo que se requiere para la justificación está en el Evangelio de Juan y si la vida a la que se refiere el autor es siempre una indicación de tiempo lineal. La cuestión no es si la seguridad forma parte de la esencia de la fe, porque Hebreos 11:1 dice que lo es. La cuestión es si hay o no otras promesas fuera de Juan que sean adecuadas para transferirnos de la muerte a la vida (énfasis añadido).i1
Había leído ese artículo anteriormente, pero pasé por alto u olvidé ese punto.
Encontré tres cosas muy positivas en esa declaración.
Lo primero que me encanta de esa cita es que el autor está de acuerdo en que la seguridad siempre forma parte de la esencia de la fe. Es decir, sea lo que sea que creamos, estamos seguros/convencidos de que es verdad.
Muchos teólogos argumentan que es posible creer y no creer al mismo tiempo. Por supuesto, eso es imposible. Si estás convencido de que algo es verdad entonces estás convencido. Si no estás convencido, entonces no estás convencido. No es posible estar convencido y no convencido simultáneamente.
Felicitaciones a este profesor por reconocer y promover esta verdad.
La segunda cosa que me gusta en esa cita es el hecho de que el autor sugiere que uno debe creer la promesa de Dios, o en este caso, una de las promesas de Dios, con respecto a la salvación eterna. Algunos teólogos han sugerido que no necesitamos creer en ninguna promesa para nacer de nuevo. Según este punto de vista, la promesa se considera el resultado del nuevo nacimiento, no algo que uno debe creer para obtenerlo (Véase este blog de abril de 2018 por mí, este blog de septiembre de 2021 por mí, y este blog de enero de 2022 por mí).
La tercera cosa que me encanta de esa declaración es el hecho de que está enfocada en lo que dicen las Escrituras sobre lo que uno debe creer para ser eternamente salvo. No se enfoca en la historia de la Iglesia (aunque lo hace anteriormente en el artículo), el lógico, la filosofía o la teología de consenso. El punto es que debemos creer cualquier cosa que las Escrituras digan que debemos creer.
También encontré tres cosas preocupantes en su artículo:
Lo primero es que el autor habla de diferentes (es decir, no sinónimas) promesas salvadoras que, si se creen, dan como resultado el nuevo nacimiento. Lo que él está diciendo es que mientras la justificación siempre es solo por la fe, sin obras, hay varios mensajes que podemos creer para ser justificados. El Señor, en el Evangelio de Juan, no habló de varios mensajes salvadores. Tampoco lo hicieron los Apóstoles en el libro de los Hechos o en sus epístolas. Esto lleva a mi segunda preocupación.
Mi segunda preocupación es que el autor no nos señala ningún texto evangelístico que diga que el que cree en Jesús recibe el perdón de sus pecados pasados. Simplemente asume que su punto es válido. En el Evangelio de Juan, el único libro evangelístico de la Biblia (Juan 20:30-31), el Señor Jesús nunca menciona el perdón de los pecados antes de su muerteii.2 Él nunca dijo, El que cree en mí tiene el perdón de los pecados.
Quizás pueda parecer que las palabras de Pedro a Cornelio y su casa estén diciendo eso. Él dijo, “De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hechos 10:43). Sin embargo, sabemos por las palabras de Cornelio en Hechos 11:14 que el ángel le había informado que Pedro le diría “palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa.” Cuando Cornelio y su casa oyeron las palabras de Hechos 10:43, entendieron que todo el que cree en Jesús recibe no sólo el perdón de los pecados, sino también la salvación eterna.
Mi tercer problema es que la cita anterior argumenta implícitamente que la salvación por obras es un mensaje salvador. Casi todos en el cristianismo enseñan que al momento de la fe, los pecados pasados de una persona son perdonados. Eso es cierto para los católicos, los ortodoxos y todos los protestantes. Incluso las sectas enseñan eso.
¿No descartan muchos pasajes la creencia en la salvación por fe más obras como un mensaje salvador?3iii
No obstante, según el autor, si alguien cree que comienza la vida cristiana con la salvación temporal y el perdón temporal de los pecados, está eternamente seguro, aunque crea que debe trabajar para mantener su salvación y obtener el perdón de sus pecados futuros.
Gracias, A. D., por señalarme esta cita.
i David R. Anderson, “Is Belief in Eternal Security Necessary for Justification?” [¿Es necesaria la creencia en la seguridad eterna para la justificación?] CTS Journal (Primavera, 2008): 58. Véase aquí
ii Después de que se levantó de entre los muertos, les dijo a los discípulos, “A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados” (Jn 20:23). Eso probablemente se refiere al perdón como una parte de la disciplina de la iglesia. En cualquier caso, no es una promesa de que quien cree que Jesús ha perdonado sus pecados pasados está eternamente seguro.
iii Véase, por ejemplo, Juan 4:10, 14; 5:39-40; 6:28-29; Ef 2:8-9; Ro 4, 4-5; y Ap 22:17.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]