Hace una semana recibí esta excelente pregunta por correo electrónico:
Estoy releyendo The Ten Most Misunderstood Words in the Bible. Tengo un problema para reconciliar una declaración que haces en el libro con la postura que tiene sobre la gracia sola para la vida eterna.
En la página 22 afirmas: “Si la gente nunca ha creído que todos los que simplemente creen en Jesús tienen vida eterna, entonces todavía no han nacido de nuevo”.
Si todo lo que tengo que hacer es creer en Jesús para tener vida eterna, ¿por qué debo creer también esto? Parece que has añadido algo a “solo por la fe”. Sinceramente, no lo entiendo, y esto se ha convertido en un escollo para que yo comparta el mensaje de la Sociedad Evangélica de la Gracia.
Mi respuesta es que el objeto de la fe salvadora es tanto el Señor Jesucristo como la promesa que Él hizo respecto a la vida eterna. Espero poder explicar esto con claridad. No es complicado, pero he escuchado esta pregunta antes y sé que para algunos parece difícil de entender.
Jesús le dijo a Marta: “Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente [espiritualmente]” (Juan 11:26). Luego le preguntó: “¿Crees esto?”.
Observa a qué se refiere “esto”: Todo aquel que vive y cree en mí, no morirá espiritualmente. Para creer esto, debemos estar convencidos de que la persona que cree en Jesús nunca morirá espiritualmente.
Marta dijo que creía eso (Juan 11:27). Si ella simplemente hubiera reafirmado lo que Él dijo, habría dicho: “Sí, Señor, creo que el que vive y cree en Ti nunca morirá espiritualmente”. En cambio, ella explicó por qué creía eso. La razón es que “yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo” (Juan 11:27). Eso es precisamente lo que dice la declaración de intenciones del Evangelio de Juan en Juan 20:31. Creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, es creer que Él garantiza la vida eterna a todos los que creen en Él.
Entonces, ¿qué significa “creer en Jesús”? ¿Significa creer que existió? ¿Que nació en Belén? ¿Que vive una vida sin pecado? ¿Que es Dios en la carne? ¿Que murió en la cruz por nuestros pecados? ¿Que resucitó de entre los muertos? ¿Que vendrá de nuevo para instaurar su reino? ¿Todo lo anterior?
Claramente, nada de eso es de lo que el Señor Jesús estaba hablando en Juan 11:25-26. Esas verdades podrían y deberían llevar a creer Su promesa de vida eterna al creyente. Pero en el Evangelio de Juan y en toda la Biblia creer en Jesús es creer en Él por lo que promete, la vida eterna (ver Juan 5:39-40).
Digamos que tú crees todo lo que he mencionado, excepto que no crees en la promesa de la vida eterna. ¿Crees en el mensaje de Juan 11:26? Está claro que no.
El griego y el inglés pueden tomar dos objetos directos. Por ejemplo, considera la afirmación: “Le enseñé matemáticas a Jim”. Le enseñé a Jim y le enseñé matemáticas. La afirmación: “Creo en Jesús para la vida eterna (Juan 11:26; 1ª Tim 1:16)”. Mi creencia tiene esencialmente dos objetos directos: Jesús y la vida eterna.
Tal vez una ilustración ayude. Mi padre era un hombre maravilloso, pero tenía un problema con la bebida. Prometió muchas veces que vendría a mis partidos de béisbol, baloncesto y fútbol. Sin embargo, rara vez vino. Para cuando yo tenía diez años (había empezado a jugar a los seis), había dejado de creer en sus promesas. Es decir, dejé de creer en él. Ya no creía lo que me decía. Creía que tenía la intención de hacer lo que prometía. Pero también creía que era mucho más probable que no cumpliera sus promesas.
Creer en mi padre era creer en lo que decía. No podía creer en mi padre y al mismo tiempo no creer en lo que decía. Claro que creía que existía, que era mi padre, que me quería, etc. Pero no es eso lo que significa creer en mi padre.
De la misma manera, creer en Jesús es creer lo que Él dijo, y en particular, lo que prometió sobre la vida eterna.
“¿Crees esto?” es esencialmente la única apelación evangelística en la Biblia. Jesús no estaba preguntando si Marta creía que Él existía. Le estaba preguntando si estaba convencida de que lo que Él acababa de decir era cierto.
Este mensaje no es “el mensaje de la Sociedad Evangélica de la Gracia”. Es el mensaje del Señor Jesucristo. Debemos proclamar el mensaje que Él nos dio.
Hay que admitir que este tema ha causado alguna división en el movimiento de la Gracia Gratuita. Algunos piensan que cualquiera que crea que Jesús es Dios y que murió por nuestros pecados y resucitó, ha nacido de nuevo, aunque crea en la salvación por obras. En esa forma de pensar los católicos romanos, los ortodoxos, la Iglesia de Cristo, la Asamblea de Dios, y la mayoría de personas en el cristianismo son nacidos de nuevo. Otras personas de la Gracia Gratuita piensan que uno debe creer en la gratuidad del don de la salvación (y, por lo tanto, no en la salvación por obras), pero que es posible creer eso y aún no estar convencido de que la salvación es segura. Nosotros en GES creemos que, como Jesús le dijo a Marta, uno debe creer en la gratuidad del don de la salvación y que cuando uno cree eso, necesariamente cree que su salvación es segura.
La promesa de la vida eterna se encuentra en Juan 3:16-18, 36; 5:24, 39-40; 6:35, 47; 11:25-27; Hechos 16:31; Rom 4:4-5; Gal 2:16; 3:6-14; Efesios 2:8-9, y Apocalipsis 22:17. Si alguien no cree en esa promesa, entonces no cree en Jesús en el sentido bíblico.
Debo añadir que el Señor Jesús enseñó que en el momento de la fe un creyente tiene garantizado que nunca morirá espiritualmente. Eso significa que, si alguien deja de creer en la promesa más tarde, permanece eternamente seguro. Una vez que una persona es salva, siempre lo es. No se puede deshacer el nuevo nacimiento. Así que, si un creyente pierde la seguridad de su destino eterno, conserva la vida eterna. Pero si una persona todavía no ha creído en la promesa de la vida eterna (el segundo párrafo de su pregunta), entonces todavía no ha creído en Jesús en el sentido bíblico.
Hay algunos artículos que dan más detalles de lo que puedo dar en un blog. Para más información, lee este artículo de 2017 por Shawn Lazar y estos artículos escritos por mi: de 2010, de 1991 y de 2006.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]