Un amigo me envió algunos comentarios y me preguntó mi opinión acerca de ellos.
Me interesa tu opinión.
Estoy tratando de elaborar una respuesta razonable al concepto de “seguir a Jesús para ser salvo.”
He notado una cosa: Las únicas ocasiones cuando se les dice a las personas que sigan a Cristo son cuando Él está físicamente presente y es posible seguirlo literalmente. Esta terminología se detiene abruptamente después de los Evangelios. No parece que los apóstoles ni siquiera la utilizaron para describir el discipulado.
Los apóstoles parecen hacer la transición a las instrucciones hacia seguirnos (es decir, seguir a los apóstoles) como ejemplos.
Una vez que Cristo había ascendido, me parece que no hubo ningún llamado para seguir a Cristo con la excepción de un par de referencias metafóricas (1 Pedro 2:21 = “sigáis a sus pisadas” y 1 Tes 1:6 = “siguieron nuestro ejemplo y el ejemplo del Señor” (Dios Habla Hoy) [imitadores/una palabra griega diferente].[i]
Premisa obvia: Las Escrituras no dicen seguir a Jesús para ser salvos (con la excepción de Juan 10:27 donde se usa el sinónimo metafórico de creer en Juan 10:27).
Premisa menos obvia: “Seguir a Jesús” fue un lenguaje que solo se usaba durante el ministerio terrenal de Jesús. Su significado principal es seguirlo literalmente y aprender directamente de Él. Tal vez es un lenguaje que no deberíamos utilizar para referirse al discipulado.
¿Qué opinas?
Esa es una gran discusión. Una búsqueda de la palabra seguir (akoloutheō en griego) en el Nuevo Testamento muestra que hay 81 usos en 76 versículos en los Cuatro Evangelios. La mayoría de ellos se refieren al seguir a Jesús literalmente.
Fuera de los Evangelios, la palabra akoloutheō solo aparece once veces. De esos once, solo un versículo se refiere a los 144,000 evangelistas judíos que seguirán al Cordero durante la Tribulación. Se usa una vez en el Libro de Hechos en referencia a las personas que siguen a Pablo y a Bernabé (Hechos 13:43). Y en el Libro de Apocalipsis se refiere a los ángeles que siguen literalmente al Jinete del caballo blanco, es decir a Jesús (Apocalipsis 19:14). Como puedes ver, en las Epístolas, no se usa ni una sola vez en referencia al acto de seguir a Jesús.
Hay algunas otras referencias que usan una palabra griega diferente que vale la pena considerar. Pablo dijo, “Sigan [o imiten] ustedes mi ejemplo, como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1 Cor 11:1 [DHH], la forma sustantiva). El verbo griego es mimeomai, que se refiere a imitar el comportamiento de alguien. Ocurre una docena de veces en el Nuevo Testamento, principalmente en los escritos de Pablo cuando pidió a sus lectores que lo imitaran (1 Cor 4:16, la forma nominal; 11:1, también la forma nominal), imitar o seguir su ejemplo (Fil 3:17, una forma compuesta), imitar a él y al Señor (1 Tes 1:6), la forma nominal), imitar las iglesias en Judea (1 Tes 2:14, la forma nominal), e imitar a él y a sus socios (2 Tes 3:7, 9). Aparte de Pablo, se usa para llamar a los creyentes a imitar a los creyentes maduros que nos precedieron (Hebreos 6:12, la forma nominal; 13:7), imitar [seguir] el bien (1 Pe 3:13, la forma nominal), y no imitar lo malo (3 Juan 11).
El lenguaje de seguir a Jesús está casi ausente en las Epístolas, incluso usando sinónimos. Hay mucha especulación sobre la causa de esto. Más probablemente, la razón es que los autores del Nuevo Testamento querían mantener ese concepto centrado principalmente en aquellos que seguían literalmente a Jesús durante su ministerio terrenal.
Sin embargo, el concepto de seguir la vida y el ejemplo de Jesús seguramente se encuentra en todas las Epístolas. Debemos seguir a Cristo. Pero, como sugirió mi amigo, no seguimos a Cristo hoy de la misma manera en que Sus apóstoles Lo siguieron antes de Su ascensión. Hoy, Lo seguimos al 1) mirarlo con amor en las Escrituras (p.ej., 2 Cor 3:18, 2) verlo reflejado en las vidas de los apóstoles (y en las vidas de los santos del Antiguo y Nuevo Testamento) como está registrado en las Escrituras, y 3) seguir los ejemplos de hombres y mujeres piadosos de nuestros días.
Mi amigo tiene 100% razón con respecto al acto de seguir a Jesús y la salvación. Ni una sola vez en el Nuevo Testamento el seguir a Jesús se menciona como condición de la vida eterna. (Ni siquiera creo que Juan 10:27 se refiere metafóricamente a creer en Jesús—o al seguirlo en esta vida. Creo que el Señor está diciendo que nosotros iremos a donde Él vaya. Lo seguiremos al cielo y luego de regreso a la tierra para el reino).
La única condición para obtener la vida eterna en el Nuevo Testamento es creer en el Señor Jesucristo.
Junto con las clases de Griego y Biblia, también enseñaba un curso sobre el evangelismo durante mi primer semestre como profesor en una universidad cristiana. Un día, un misionero habló durante el servicio de capilla. Dijo que él y su esposa habían ministrado a un grupo de casi 3000 personas tribales. Dijo que en algún momento el jefe de la tribu se acercó a él y le dijo “He decidido. Queremos convertirnos en cristianos. ¿Qué tenemos que hacer?” El misionero hizo una pausa y luego dijo “Le dije, ‘Tienen que seguir a Jesús.’” Casi todos los estudiantes de mi clase se dieron la vuelta y me miraron. Negué al agitar levemente la cabeza. Mis estudiantes sabían que creer en Jesús es la única condición para ser salvo, no seguir a Él.
¿Estás siguiendo al Señor Jesús? Lo estás haciendo si caminas en comunión con Él. Él es nuestro ejemplo. Mientras que la visión de seguirle en el contexto de la expiación es terrible (no ganamos la vida eterna al seguir Su ejemplo), la visión del discipulado como el acto de seguir Su ejemplo es correcta. “Nosotros le amamos a Él porque Él nos amó primero” (1 Juan 4:19). “el amor de Cristo nos constriñe” (2 Cor 5:14). “Él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos” (1 Juan 3:16).
La vida eterna se obtiene creyendo en Cristo para ella, aparte de las obras. La abundancia de la vida eterna se obtiene siguiendo a Cristo en el camino de la justicia.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].
[i] Aunque la palabra seguidores se usa en muchas de las traducciones en inglés, en realidad, la mayoría de versiones en español usan la palabra imitadores. Algunas excepciones son: Dios Habla Hoy; Nueva Biblia Viva; y Palabra de Dios para Todos.