Cuando hacía parte del personal en el ministerio colegial de Las Cruzadas Estudiantiles Para Cristo, estaba confundido sobre lo que era la llenura del Espíritu Santo. Según alguna literatura del ministerio en aquel tiempo, la llenura del Espíritu era cuando el Espíritu Santo tomaba el control de la vida de uno. Usted confesaría sus pecados y pediría que el Espíritu Santo tomara el control. Y Él lo haría.
Lo que jamás comprendí es cómo un creyente podría pecar, después de haber sido lleno del Espíritu, si estar lleno significaba estar controlado por Él. Quería estar sin pecado. Los estudiantes universitarios a quienes discipulaba lo querían también. Así, ¿porque ocurriría algún pecado una vez que el Espíritu Santo tomara el control?
Cuando llegué al Seminario Teológico de Dallas, esta fue una de las cuestiones que quería resolver. Aprendí en el seminario que muchos teólogos y exegetas argumentan basándose en el libro de Hechos (y de Lucas), que habían dos diferentes tipos de la llenura del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento.
La llenura del Espíritu como habilitación especial para tareas especiales
Un tipo de llenura del Espíritu es una habilitación especial para tareas especiales.
El día de Pentecostés, los creyentes fueron llenos del Espíritu Santo, y glorificaron a Dios en lenguas extrañas que no conocían, pero que entendió la gente de la multitud (Hechos 2:4 y ss).
Pedro y los otros Apóstoles luego fueron arrestados y detenidos durante la noche. El próximo día se los llevaron ante los líderes religiosos judíos. Lucas escribe, “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo…” (Hechos 4:8 y ss). El mensaje poderoso de Pedro surgió por una habilitación especial.
Luego en Hechos 4, después de amenazar a los Apóstoles y mandarles no hablar más en el nombre de Jesús, los líderes judíos les dejaron ir. Entonces Lucas informa que “Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios” (Hechos 4:31). La llenura del Espíritu Santo fue la habilitación especial que necesitaban para hablar la palabra de Dios con valentía.
También podríamos considerar a Esteban en Hechos 7:55, que dice, “Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios.” El sermón asombroso que dio Esteban en Hechos 7 fue un resultado de la habilitación especial del Espíritu Santo. Mientras moría por lapidación, sus palabras poderosas también fueron un resultado de esa habilitación especial.
El padre de Juan el Bautista, Zacarías, profetizó cuando “fue lleno del Espíritu Santo” (Lucas 1:67). Su habilidad para profetizar resultó de una habilitación temporal del Espíritu.
Cuando la madre de Juan el Bautista fue llena del Espíritu, habló poderosamente acerca de María (Lucas 1:41-45). Su habilidad para dar estas grandes palabras, que luego se convirtieron en una parte de las Escrituras, fue debida al hecho de que el Espíritu Santo la habilitó para hacerlo.
Algunos se preguntan como era posible que Juan el Bautista (todavía no nacido) pudiera haber sido lleno del Espíritu Santo mientras estaba todavía en el vientre de su madre (Lucas 1:15). Evidentemente, esto ocurrió cuando Elisabet fue llena del Espíritu. Mientras que Juan el Bautista aún no había nacido de nuevo (ni nacido, de hecho), él experimentó una habilitación temporal para glorificar a Dios incluso desde el vientre, ya que Lucas nos dice que “cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre…” (Lucas 1:41).
Estos son todos ejemplos de la habilitación especial para una tarea específica. Esto no describe el control total.
Debería añadir que creo que el Espíritu todavía hace esto hoy en día. No hay ninguna evidencia bíblica que esta solo fue una experiencia del primer siglo. Hubo muchas veces cuando sentí, mientras hablaba en las iglesias o en la radio, que la mano de Dios estaba sobre mí de una manera especial. Creo que Dios me dio una habilitación especial en tales momentos. A mí me parece que Dios hace esto para nosotros aún si no lo pedimos. Cuando desea brindarnos ayuda especial, puede hacerlo y lo hace.
La llenura del Espíritu como designación de la madurez espiritual
El segundo tipo de la llenura del Espíritu Santo es esencialmente una referencia a uno que es espiritualmente maduro.
Por ejemplo, en Hechos 6:3, cuando los Apóstoles escogieron los primeros diáconos, instruyeron a los discípulos que buscaran “varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría…” (Hechos 6:3). Note que “lleno del Espíritu Santo” está en paralelo con “y de sabiduría.” Más a menudo, cuando ve dos cosas unidas por la palabra “y” en el Nuevo Testamento, cada de los dos elementos nos ayuda a entender al otro. Las palabras “[lleno] del Espíritu” son muy útiles. Significaban que uno era sabio. No significaban que la sabiduría dominaba o controlaba su vida. Igualmente, la frase, “lleno del Espíritu” significaba que uno era Espiritual (o espiritual), es decir, que el Espíritu de Dios había transformado su mente y su vida (Ro 12:2; 2 Cor 3:18).
Dos versículos después, en Hechos 6:5, Pedro dijo que uno de los escogidos, Esteban, era “lleno de fe y del Espíritu Santo.” Es decir, era uno quien creyó a Dios (o quien era fiel, dependiendo de cómo entiende pisteōs) y quien era Espiritual/espiritual.
Vemos un enlace similar en Hechos 13:52, ” Y los discípulos estaban llenos de gozo y del Espíritu Santo.” Es decir, eran gozosos y espirituales. Estar llenos de gozo no era la cuestión de estar controlado por el gozo. Era la cuestión de estar gozoso en su propia experiencia.
En Hechos 11:24, Lucas informa que Bernabé “era un varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe” (pisteōs). Igual a Hechos 6:5, Bernabé era espiritual y fiel (o lleno de fe en lo que dice Dios).
Estos ejemplos no eran indicativos del control, ni incluso la habilitación temporal, sino de la madurez.
Ningún ejemplo del Espíritu Santo controlando a una persona.
La idea de que la llenura del Espíritu Santo significaba el control sobre la vida de una persona no se apoya por los usos de esa expresión en los Hechos. Ni está respaldada por ninguna referencia a la llenura del Espíritu Santo en cualquier otra parte del Nuevo Testamento.
En ninguna parte de los Hechos o en el Nuevo Testamento leemos que alguien oraba para que el Espíritu Santo tomara el control de su vida. Ni tampoco vemos esto pasando en ningún lugar. Vemos al Espíritu apoderando a la gente para hacer tareas especiales. Pero eso no es lo que la mayoría de las personas entiende hoy como la llenura del Espíritu.
La única otra referencia a la llenura del Espíritu fuera de Lucas-Hechos se encuentra en Ef 5:18, que dice, “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu.” A menudo eso se entiende como referirse al estar controlado por el Espíritu Santo, y no por el vino. Pero el vino no controla a una persona. El vino simplemente afloja las inhibiciones. Además, el punto es que la borrachera es mala y estar lleno del Espíritu es bueno.
Más probablemente, Ef 5:18 se refiere al segundo tipo de llenura, es decir, estar espiritualmente maduro. En vez de estar borrachos con vidas desperdiciadas, debemos estar espiritualmente maduros, con vidas productivas. Cuando comparamos Ef 5:18-19 con el texto paralelo en Col 3:16 (“La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales”), la asociación con la madurez espiritual se confirma. Estar espiritualmente maduro es dejar que “la palabra de Cristo more en abundancia en vosotros…en toda sabiduría.” Eso no es la habilitación especial. Y no es algún tipo de control externo.
No volvemos espiritualmente maduros al orar por todo el día “Espíritu Santo, por favor tome el control de mi vida.” Nos volvemos espiritualmente maduros al renovar nuestras mentes por el Espíritu Santo mientras escuchamos la enseñanza de la palabra de Dios cada semana en una iglesia sólida (Ro 12:2; 2 Cor 3:18), y por el estudio personal de la Biblia. Desarrollamos una mentalidad espiritual (1 Cor 2:14-16; Ro 8:5-6). Y si tenemos esa mentalidad espiritual, entonces estamos llenos del Espíritu Santo en el sentido de estar espiritualmente maduros.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].