Una de las cosas que realmente aprecio del movimiento de la Gracia Gratuita en general, y de la GES en particular, es cómo nos ha desafiado a todos a fijarnos en las Escrituras y dejar que hablen por sí mismas. A menudo esto nos hace reconsiderar algunas de nuestras interpretaciones tradicionales sobre ciertos versículos.
He oído numerosos testimonios al respecto. Muchos pensaban que cierto pasaje enseñaba que las obras eran necesarias para la salvación del infierno, o que podías perder esa salvación, o que si no tenías buenas obras nunca habías sido salvo, sólo para descubrir que, si buscamos en las Escrituras e interpretamos los pasajes en su contexto, la Biblia no enseña esas cosas.
Todos estos testimonios tienen algo en común. Todas las personas involucradas estaban dispuestas a dejar de lado sus tradiciones si veían que esas tradiciones contradecían lo que la Biblia enseñaba.
Algunos, sin duda, podrían decir que es algo fácil de hacer. Sostienen que todos los cristianos deberían creer simplemente en lo que dice la Biblia. Pero no es en absoluto sencillo. Es difícil ir en contra de lo que nos han enseñado las iglesias en las que crecimos, o nuestros padres, o un profesor de la Biblia de confianza.
Cualquiera que haya estado involucrado en la enseñanza de la Biblia puede dar fe de lo difícil que es. Todos hemos visto personas con ciertas creencias que no están dispuestas a dejar de lado cuando se enfrentan a las enseñanzas de la Biblia. Por ejemplo, recientemente estuve en un país extranjero donde Benny Hinn era muy popular. Yo estaba impartiendo un estudio bíblico a un grupo de pastores que estaban muy influenciados por él en cuanto al don de lenguas. Ellos vieron que Primera de Corintios contradecía lo que él enseñaba sobre el tema, pero simplemente concluyeron que Benny Hinn no podía estar equivocado.
Todos podemos llegar a ser como esos pastores. Lo que he aprendido de muchas personas vinculadas al movimiento de la Gracia Libre, es que lo más importante en el estudio de las Escrituras es llegar a la Biblia dependiendo de Dios para que Él nos enseñe lo que su palabra dice y significa. Lo más importante no es nuestro nivel de inteligencia. No es tener todas las herramientas lingüísticas para entender lo que dice el griego o el hebreo. Es buscar que Dios, a través del Espíritu Santo, nos ayude a entender Su Palabra.
Dios recompensa tal actitud (Hebreos 11:6). Quiere que entendamos las Escrituras. Pero eso requiere la voluntad de poner la autoridad de la Palabra de Dios por encima de nuestras creencias más arraigadas si son contrarias a lo que Dios nos muestra en Su Palabra.
Dios nos dará tal entendimiento si tenemos esa actitud. Él puede hacerlo de muchas maneras diferentes. Puede iluminar nuestras mentes a través de nuestro estudio personal de la Biblia. Puede usar otros maestros para permitirnos ver lo que Su Palabra dice cuando la hemos malinterpretado. Puedo decir que en mi propia vida me he beneficiado mucho de la gente del movimiento de la Gracia Gratuita que ha estudiado la Palabra de Dios con esta actitud.
Si no tenemos cuidado, podemos acabar siendo como esos pastores en ese estudio bíblico. Que todos, con humildad, busquemos entender con exactitud lo que Dios ha revelado en Su Palabra. Porque Él es el que recompensa a los que le buscan.
_______________________
Ken Yates es pastor de la iglesia Little River Baptist [Iglesia Bautista Rio Pequeño] en Jenkinsville, Carolina del Sur. Él enseña con GES en los institutos bíblicos por todo el mundo.