Introducción
El mundo evangélico de hoy es bastante diverso en muchos temas, incluyendo la doctrina de la salvación. Hay mucha confusión sobre lo que una persona debe hacer para salvarse. Los pastores y teólogos no siempre son espacios teológicos seguros. Aunque bien intencionados, engañan a muchos en una serie de verdades fundamentales.
Hay muchas cuestiones de este tipo. Me he limitado a cinco cuestiones actuales sobre la salvación.
La primera cuestión es lo que queremos decir con la expresión seguridad de la salvación.
Hoy en día, muchas escuelas y muchos pastores enseñan que la seguridad bíblica de la salvación no implica certeza, sino diversos grados de confianza. Dependiendo de lo bien que te vaya en tu vida cristiana, tu nivel de confianza puede variar del 10% al 99%.
En 1991, debatí con Ken, un profesor de seminario de la DTS (Dallas Theological Seminary; Seminario Teológico de Dalas) sobre la fe salvadora y la seguridad. En el transcurso del debate, le pregunté si estaba seguro de tener vida eterna. Dijo que estaba seguro en un 99%. Le comenté que los apóstoles estaban seguros, ya que Jesús les garantizó que se sentarían en doce tronos y gobernarían sobre las doce tribus de Israel (Mateo 19:28). También lo estaban Evodia, Síntique y Clemente, puesto que Pablo dijo que sus nombres están en el Libro de la Vida (Fil 4:3). ¿Por qué ellos podían estar seguros, pero nosotros no? ¡Su respuesta es que no podemos estar seguros porque nuestros nombres no aparecen en la Biblia!
Dado que la mayoría de los cristianos profesantes de hoy en día creen que solo aquellos que perseveran en la fe y las buenas obras entrarán en el reino, piensan que la seguridad de la salvación es el mejor barómetro respecto a la probabilidad de perseverar en la fe y las buenas obras hasta el día la muerte.
Los problemas con este punto de vista son que la seguridad bíblica implica certeza y que la seguridad se encuentra en las promesas de Dios, no en nuestras obras (Juan 11:25-27; 1 Juan 5:9-13).
En el sitio web de Desiring God, en un artículo titulado “Helping People Have the Assurance of Salvation” (Ayudando a la gente a tener la seguridad de la salvación), el Dr. John Piper dice que la seguridad requiere “el doloroso trabajo del auto-examen” y que “la seguridad es una lucha hasta el día de nuestra muerte” (ver aquí).
El calvinista David Engelsma reconoce que lo que dice Piper es un problema para muchos calvinistas contemporáneos que siguen la tradición de los puritanos:
Estos puritanos enseñaban que la seguridad es, y debería ser, un problema real para muchos, si no la mayoría, de los creyentes e hijos de creyentes. Es normal carecer de seguridad; normal preguntarse si uno es realmente salvo; normal luchar con la cuestión de la seguridad; normal que la relación de uno con la seguridad sea la de una “búsqueda”, una “búsqueda” larga, incluso de toda la vida, sin seguridad de un resultado favorable de la búsqueda, es decir, encontrar la seguridad en esta vida; y, por lo tanto, también es normal abstenerse del sacramento de la Cena del Señor (The Gift of Assurance, p. 9).
El calvinista John MacArthur tiene un mensaje en el sitio web Grace to You titulado, “Descansando en la seguridad de la salvación”. Dice que la seguridad se encuentra en las promesas objetivas de la Biblia y en nuestras obras subjetivas. Dice que después de determinar si “creemos lo que es necesario para salvarse” (lo cual no explica), entonces “uno se pregunta, ‘¿Qué está pasando en mi vida? ¿Estoy viendo una transformación en mi vida?”, porque eso es esencial, eso es esencial” (ver aquí).
Cuando el Señor le preguntó a Marta: “¿Crees esto?” (Juan 11:26b), esperaba una respuesta afirmativa. Y Marta la dio: “Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.” (Juan 11:27). Él no la reprendió por su respuesta. De hecho, se aseguró de que formara parte del único libro evangelístico de la Biblia. La seguridad es una certeza, ya que se basa exclusivamente en la promesa objetiva de la vida eterna. No se basa en absoluto en la introspección.
No es arrogante decirle a la gente que tú estás seguro de que tienes vida eterna que nunca se puede perder. ¿Por qué? Estamos seguros, no por nuestras obras o por lo que supongamos acerca de si perseveraremos o no. Nuestra seguridad se basa únicamente en la Palabra de Aquel que es el Camino, la Verdad y la Vida. Su Palabra es segura.
La introspección mata la seguridad. Mirar a Jesús es la única manera de tener seguridad de la salvación, es decir, la certeza de su destino eterno.
¿Crees esto?
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]