Después de mi clase de escuela dominical, estuve hablando con Tom. Le recordé que no había salvación para Lucifer y los ángeles que cayeron con él. Alguien en la siguiente clase nos escuchó y me preguntó si podría señalar un versículo que dijera eso.
Nadie me había preguntado eso antes. Gran pregunta.
En ese momento, dije que pensaba que era una inferencia de varios versículos. Pero no mencioné ninguno.
Tras reflexionar más, he hallado respaldo en las Escrituras.
Mateo 25:41. “Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” (énfasis añadido). No se dan excepciones. El Señor no dijo que el fuego eterno estaba preparado para el diablo y la mayoría/algunos de sus ángeles. No dijo que estaba preparado para el diablo y aquellos de sus ángeles que no creyeran en Jesús para vida eterna.
Observa que el fuego eterno—el lago de fuego (Apocalipsis 20:15)—no fue preparado para los humanos no creyentes. Fue preparado para Lucifer y los ángeles que participaron en su rebelión. Los humanos no creyentes se unirán a ellos allí. Pero no fue diseñado para los humanos.
Apocalipsis 12:4. “Y su cola [la cola del dragón = Lucifer, ver v 9] arrastraba la tercera parte de las estrellas del cielo [= la tercera parte de los ángeles, ver v 9] y las arrojó sobre la tierra”. Cuando Lucifer se rebeló contra Dios, un tercio de todos los ángeles se le unieron. Todos fueron arrojados sobre la tierra. Es decir, fueron expulsados de la presencia de Dios (aunque Job 1-2 muestra que al menos a Lucifer se le permitió ocasionalmente acercarse a Dios después de su caída). Compárese Isaías 14:12-15.
Apocalipsis 12:9. “Y fue lanzado fuera el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero; fue arrojado a la tierra, y sus ángeles fueron arrojados con él”.
No hay ningún indicio en ninguna parte de las Escrituras de que los ángeles que fueron arrojados con Lucifer pudieran ser salvos.
Mateo 8:29. “Y clamaron diciendo: ¿Qué tienes con nosotros, Jesús, Hijo de Dios? ¿Has venido acá para atormentarnos antes de tiempo?” (énfasis añadido). Los demonios saben que después del Milenio serán atormentados para siempre. No piden una salida. Saben que no hay salida para ellos.
Judas 6. “Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día”. Algunos de los ángeles caídos ya están siendo atormentados. Los demonios de Mateo 8:29 sabían esto y temían unirse a los ángeles caídos en el abismo. El tiempo de Mateo 8:29 es el juicio del gran día en Judas 6.
Juan 1:29. “El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. La palabra mundo (kosmos) se refiere a todos los humanos de todos los tiempos. No se refiere a los ángeles caídos. Cristo murió solo por los descendientes de Adán y Eva (Genesis 3:15). No murió por los ángeles.
Juan 3:16. “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. La expresión todo aquel se refiere a cualquier miembro del mundo. Dios dio a Su Hijo para el mundo de la humanidad, no para los ángeles caídos.
¿Cómo podrían salvarse los ángeles caídos si Cristo no murió por ellos? La respuesta es que no pueden.
La pregunta más intrigante es por qué Dios proveyó una manera para que los humanos fueran salvos después de caer cuando no hizo lo mismo por los ángeles caídos.
Presumo que a los ángeles no se les dio la oportunidad de salvación porque ocupaban posiciones muy elevadas. Estaban en la misma presencia de Dios. Y probablemente son mucho más inteligentes que cualquier humano que haya existido. El hecho de que dos tercios no pecaran demuestra que lo que hicieron los rebeldes fue irrazonable.
Dios proveyó un camino de salvación para los humanos porque Su plan era que el Señor Jesucristo viviera en la tierra con la humanidad para siempre (Génesis 3:8; Apocalipsis 21-22). Él no permitió que ese plan fuera frustrado. El hecho de que un tercio de los ángeles cayera no frustró el plan de Dios para los ángeles o los humanos.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]