David hizo esta excelente pregunta después de un reciente video mío en YouTube sobre la salvación por fe más obras:
Si una persona cree solo en Cristo para salvación y luego vuelve a caer en las obras, todavía es salvo, solo caído de la gracia [Galatas 5:4]. Sin embargo, Pablo dice que si una persona recurre a la fe más las obras para la salvación, “sea anatema” [Gal 1:8-9]. ¿Cómo puede una persona ser salva y maldecida al mismo tiempo? Necesito algo de claridad. Gracias y bendiciones.
Su pregunta refleja la creencia generalizada en el evangelicalismo actual de que casi todas las consecuencias negativas que Dios promete por la rebelión contra Él se refieren a la condenación eterna. David parece pensar que ser maldecido por Dios en Gálatas 1:8-9 se refiere a ser condenado eternamente. Pero no es así.
La orden, “sea anatema”, en Gálatas 1:8-9 no significa “Que vaya al infierno”, aunque hay una traducción que lo traduce como “Que sea condenado” (PDT).
El griego simplemente dice que cualquiera —incluyendo a Pablo o a un ángel no caído— que predique un evangelio falso, debe ser tratado por los creyentes como si estuviera bajo la maldición de Dios (anatema). Ni Pablo ni un ángel no caído podrían ser condenados eternamente, pero podrían ser maldecidos en esta vida.
El punto es que las iglesias de Galacia no deberían escuchar a estos falsos maestrosi. Deberían mantenerse alejados de ellos como lo harían de alguien que tuviera una plaga mortal. No deben darles dinero ni orar para que Dios bendiga sus ministerios.
En el capítulo 2 de Gálatas, Pablo señala que dos apóstoles, Pedro y Bernabé, “no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio” cuando se apartaron de los gentiles en una reunión de la Cena del Señor (Galatas 2:11-21). En esencia, en esa ocasión, tanto Pedro como Bernabé estuvieron a punto de ser maldecidos por Dios. Por supuesto, se arrepintieron como resultado de la corrección de Pablo, pero el tema no era su destino eterno. Era su bienestar en esta vida.
La Parábola del Hijo Pródigo (Lucas 15:11-32) nos dice que una persona nacida de nuevo puede experimentar el juicio temporal de Dios, resultando en que pase por hambre y necesidad y falta de suficiente comida diaria.
Proverbios, Salmos, el Sermón de la Montaña y la epístola de Santiago, por nombrar solo algunas de las secciones de literatura de sabiduría de las Escrituras, enseñan que la maldad es el camino de la muerte y la justicia es el camino de la vida. Los que viven rectamente reciben bendiciones, y los que no, maldiciones. Esto también es cierto para los creyentes. No somos inmunes al juicio temporal de Dios.
Cuando Aarón y Miriam se rebelaron contra Moisés, Miriam fue maldecida con lepra (Núm. 12:1-15). Aquí estaba una persona nacida de nuevo bajo la maldición de Dios.
Dios, en Su gracia, le quitó la lepra a Miriam después de una semana.
Otro creyente, el siervo de Eliseo, Giezi, fue maldecido con lepra por el resto de su vida después de mentir al comandante sirio Naamán y recibir dos talentos de plata y dos vestidos (2 Reyes 5:22-27).
Lee Levítico 26 y Deuteronomio 27-28. Estos capítulos detallan las bendiciones nacionales prometidas a Israel por su obediencia y las maldiciones nacionales por su desobediencia. A esto se le llama el motivo de la bendición y la maldición. Este motivo va desde Génesis hasta Apocalipsis.
Gran pregunta, David.
i La orden, “Sea anatema”, es una orden a los creyentes de Galacia (y, por extensión, a todos los creyentes). Pablo está diciendo a los creyentes que se separen de aquellos que enseñan un evangelio falso. Aléjate. No escuches. No los apoyes. Trátalos como si fueran radiactivos.
____
Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]