Si tuvieras la oportunidad, ¿Qué le dirías a alguien sobre qué es lo que tiene que hacer para ser salvo de la condenación eterna?
¿Por qué esto es importante?
Si alguien da las direcciones equivocadas para ir al cielo, es más que frustrante. Desde el punto de vista espiritual, los falsos evangelios alejan a las personas de la vida eterna, en vez de acercarlas.
Compara Juan 5:39-40 y Juan 6:28-29. Incluso las personas muy religiosas pueden estar en el camino equivocado. Los fariseos pensaban que uno tenía que realizar las obras de Dios para poder entrar en el reino venidero (Juan 6:28). En contraste, ¡Jesús enseñó que solo se requería una obra para entrar en el reino—creer en “aquel a quien él envió”(Juan 6:29; compara Juan 5:24)!
Cómo evangelizar a la manera de Jesús
¡Lee el mapa! El Cuarto Evangelio nos proporciona muchos ejemplos de la manera en que Jesús evangelizaba.
Aquí hay tres ejemplos bíblicos.
Juan 3:1-18. Jesús evangelizó a Nicodemo, diciéndole que todo aquel que cree en Jesús no se perderá, sino que tiene vida eterna.
Juan 4:10-26. Jesús le dijo a la mujer samaritana que le gustaría darle agua viva especial (i.e, el mensaje que Él es el Mesías que garantiza la vida eterna a todos los que creen en Él). Ella llegó a la fe, y luego se fue al pueblo y evangelizó a los demás.
Juan 6:22-40. En el Discurso del Pan de Vida, Jesús mostró que Él da vida eterna a todos los que simplemente creen en Él para ello.
Todos estos ejemplos contienen la misma sencilla declaración: el que cree en Jesús (que bebe el agua viva, que come el pan de vida) tiene vida eterna que nunca se puede perder.
El Señor condicionó la vida eterna únicamente al creer en Él para ello. Su método de evangelizar era compartir la verdad. Él no era como un vendedor que trata de convencer a las personas que firmaran en la línea punteada. Era como el médico que descubrió la vacuna contra la polio y estaba tratando de convencer a los padres creer en la eficacia de la vacuna para sus niños (Por supuesto, en el caso de la polio, la sola creencia no era suficiente. Uno también tenía que someterse a vacuna. Pero la cuestión es que el evangelismo (tal como lo hizo Jesús) no es un trabajo de ventas. Es informar a las personas sobre la promesa de vida eterna hecha por Jesús).
Pero ¿Por qué debería alguien creer eso?
El Señor Jesús enseñaba que deberían creerlo debido a la evidencia de que Él realmente fue enviado por Dios para dar ese mismo mensaje.
En Juan 5:31-47, el Señor Jesús da cuatro pruebas de que lo que dice es verdad: 1) El testimonio de Juan el Bautista sobre Jesús (y el de los Apóstoles), vv 33-35; 2) Las obras de Jesús (levantando a las personas de entre los muertos, sanando a los enfermos, viviendo una vida sin pecado, su muerte en la cruz, su resurrección corporal, sus apariciones después de la resurrección, v 36; 3) La palabra actual de Dios el Padre con respecto a Jesús (testimonios externos e incluso uno interno, vv 37-38); y 4) Las Escrituras del Antiguo Testamento (v 39).
Tenga en cuenta que Jesús no detalla todas las obras que ya ha hecho, ni las obras que hará en el futuro. Solo dice que sus obras prueban la veracidad de Su mensaje. Eso debería haber sido suficiente para Sus oyentes.
Su mayor obra, la obra que con más éxito llevaría a las personas a creer en Él para la vida eterna, es Su obra terminada en la cruz, y Su resurrección de entre los muertos. Él removió la barrera del pecado (Juan 1:29). Las personas no necesitan lidiar con sus propios pecados para obtener la salvación eterna. Simplemente necesitan creer en el Señor Jesucristo.
¿Quién necesita ser evangelizado?
La respuesta corta es: cualquiera persona que no esté segura de que tiene una salvación que nunca se puede perder, basado simplemente en el hecho de que cree la promesa de Jesús de la salvación eterna.
El pensamiento de “fe más obras” no llevará al cielo a nadie.
La verdad es que las personas que viven con los altos estándares morales bien pueden no ser salvas.
¿Quién necesita ser evangelizado? ¡La mayoría de las personas!
Jesús nunca convirtió los requisitos del discipulado en condiciones de la vida eterna.
Jesús nunca mezcló los mensajes del regalo gratuito de la vida eterna con la costosa vida del discipulado. Nunca convirtió la invitación de seguir a Él en una condición de la vida eterna. Véase Juan 6:28-29, 35, 37, 39-40, 47.
Jesús nunca dio llamamientos evangelísticos
Jesús compartió el mensaje de vida. Nunca hizo ningún llamamiento evangelístico—ni una sola vez. Ni siquiera invitó a las personas a creer en Él. Simplemente les dijo quién es Él y qué es lo que promete a todos los que creen en Él.
Mantenlo sencillo
Una razón por la que es tan difícil para muchas personas evangelizar es que parece tan antinatural. Si piensas que tienes que compartir muchos versículos, el mensaje se complica. Si crees que debes leer todo un folleto evangelístico con alguien, el encuentro se vuelve incómodo. ¿Alguna vez has leído un folleto con alguien sobre cualquier otro tema? Probablemente no. (Está bien darles a las personas literatura para leer. Pero cuando hablamos con ellos, nuestra conversación debería ser natural, como en el caso de nuestro Señor).
Diles a las personas que Jesús garantiza la vida ETERNA a todos los que simplemente creen en Él. Sin condiciones.
Juan 3:16 es un versículo excelente para la evangelización ya que presenta la promesa de vida en unas pocas palabras. Cualquiera que sea el versículo que utilices, sugiero que tengas un versículo principal. ¡No es necesario que los no creyentes pasen por un ejercicio de espada!
Es un privilegio compartir el mensaje de vida con las personas. El evangelismo no tiene que ser incómodo. Solo diles a las personas que Jesús garantiza la vida eterna a todos los que simplemente creen en Él. Es realmente así de sencillo.
A menudo surgirán las preguntas. Pero todas las preguntas legítimas son oportunidades de diálogo y aclaración. Recuerda: no estás vendiendo. Estás educando. Hazlo con oración y deja los resultados en las manos de Dios.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].