En Marcos 4:26-29, encontramos una parábola del Señor que es única para el evangelio de Marcos. No recibe mucha atención. Pienso que la atención que recibe es a menudo superficial.
Una razón principal para esta negligencia es que a menudo a esta parábola la tratan más o menos como una repetición de la parábola de los cuatro terrenos, la cual ocurre anteriormente en el mismo capítulo (Marcos 4:3-9). Esa parábola es más larga y a menudo se discute con respeto a su significado y aplicación. Puede ser fácil concluir que esta parábola posterior más corta no tiene mucho que agregar.
Sin duda, hay muchas paralelas entre las dos parábolas. Ambas tienen un hombre que siembre semilla. En ambas, la semilla brota y crece. En ambas, hay una cosecha al final de la era.
Está claro, y casi unánimemente creído, que la parábola de los cuatro terrenos se trata de la manera en que los individuos responden a las palabras del Señor. Diferentes personas responden de una de las cuatro maneras diferentes.
Considerando las paralelas entre las dos parábolas, uno podría deducir lógicamente que la segunda parábola más breve tiene el mismo significado básico que la primera. Creo que una mirada más cercana podría desafiar esa percepción.
NO ES INDIVIDUALISTA
Pienso que un desafío potencial para mirar la parábola única de Marcos es la tendencia que tenemos en el Oeste de mirar las cosas desde una perspectiva individualista. Creo que el significado de esta parábola solamente se puede entender si ampliamos nuestra visión. Necesitamos ver cómo se relaciona la parábola al mundo.
Llego a esa conclusión basado en el contexto más amplio de Marcos. En los primeros tres capítulos, Jesús le ofrece el reino de Dios a la nación de Israel. Esto iba a ser el cumplimiento de numerosas profecías del Antiguo Testamento. El reino será un periodo de tiempo en donde el Mesías gobernará desde Jerusalén. La justicia reinará. Todas las promesas hechas a la nación se cumplirán. Israel será el centro del mundo y las naciones del mundo vendrán a ella para adorar a Dios. El reino ciertamente traerá un gran cambio del mundo en que vivimos actualmente!
Al final del capítulo 3, los líderes religiosos, como representantes de la nación, rechazan a Cristo y su oferta. El reino no vendría a esa generación de judíos.
Las parábolas del capítulo 4 describen los resultados de ese rechazo.
VENGA EL REINO
Una de las preguntas es: ¿Todavía vendrá el reino a Israel? Me parece que este es un asunto del cual no se habla con frecuencia al discutir esta parábola.
Jesús ha esparcido la semilla del reino venidero. Sus discípulos continuarán difundiendo ese mensaje. El mensaje incluye la oferta de vida eterna y recompensas en el reino venidero. Pero también incluye el hecho de que aunque los judíos del primer siglo no experimentaron la venida del reino, una generación futura la experimentará.
Sugiero que el último versículo de esta parábola apunta a ese hecho. El Señor habla de una cosecha venidera que está madura. Cuando viene aquel tiempo, meterá Su hoz en la cosecha (Marcos 4:29).
Hay otros versículos paralelos a este versículo, y hay una profecía en el Antiguo Testamento sobre el reino venidero y cómo se relaciona con la nación de Israel. Esa profecía se halla en Joel 3:13. Allí dice el profeta, “Echad la hoz, porque la mies ya está madura.” Esta profecía está hablando del tiempo en que regrese Cristo en la batalla de armagedón. Juzgará las naciones que atacan a Israel. Después de estos eventos, Jerusalén será santa, y Dios habitará allá (Joel 3:17). Esta es una descripción clara del reino venidero de Dios y del lugar que Israel ocupará en ese reino.
UNA PALABRA QUE CAMBIA EL MUNDO
En esta parábola, Jesús está diciendo que Su Palabra va a cambiar el mundo. Este cambio tendrá lugar cuando viene el reino. Aunque los judíos del primer siglo lo rechazaron, eso no cambia el hecho de que el reino llegará pronto para Israel y el mundo. Jesús les dice a sus seguidores que al seguirlo, nosotros podemos participar en el mensaje que usará para cambiar el mundo. A través de su poder, nuestro mensaje se nos hace cambiadores del mundo.
A menudo, como creyentes, solo pensamos de un modo individualista. Cristo quiere expandir nuestra visión de las cosas. ¿Cómo está su visión espiritual?
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Ken Yates es el pastor de la iglesia Little River Baptist [Iglesia Bautista Río Pequeño] en Jenkinsville, Carolina del Sur. Enseña con GES en los institutos bíblicos por todo el mundo.