Un amigo en mi iglesia me contó que le habían pedido dar una explicación del relato sobre el hombre rico y Lázaro. Otro amigo escuchó nuestra conversación y dijo que a él también le habían preguntado acerca de este pasaje varías veces.
El resumen del relato es este: un hombre rico y un hombre pobre llamado Lázaro mueren. Lázaro acaba siendo en la parte buena del Seol (llamado paraíso en Lucas 23:43), y en un lugar muy honrado, junto a Abraham. El hombre rico acaba siendo en la parte mala del Seol y está en tormenta. El hombre rico ve a Lázaro junto a Abraham. Se produce una discusión (¿un debate?) entre el hombre y Lázaro. El hombre rico habla de un escenario en el que Lázaro regrese de entre los muertos para que sus hermanos se arrepientan y así eviten irse a la parte mala del Seol. En contraste, Abraham habla sobre lo que dicen las Escrituras acerca de Cristo como la única forma de evitar la condenación eterna.
Lo que dijo el hombre rico: “Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento” (Lucas 16:27-28).
Abraham responde: “A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.”
El hombre rico contesta: “No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.”
Abraham se repite: “Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.”
El hombre rico piensa que la forma de escapar del tormento es arrepentirse.
Abraham afirma que la forma de escapar del tormento es creer en el Aquel de quien escribieron Moisés y Los profetas, es decir, Jesucristo.
¿No es eso lo que dice Juan 1:45? “Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret.” Natanael llegó a la fe en Cristo unos minutos después (Juan 1:46-50).
Muchos piensan que fue el hombre en el tormento quién tenía razón, no Abraham. Abraham estaba predicando la salvación solo por la fe, en Cristo solamente. El hombre rico estaba predicando la salvación por el arrepentimiento.
Seguramente Abraham tenía razón y el hombre rico no.
Juan 3:16 dice lo que dijo Abraham. Lo mismo ocurre con Ef 2:8-9; Hechos 16:31; Juan 5:24; y Ap 22:17. No hay ningún versículo en la Biblia que dice que si alguien se arrepiente, evitará la condenación eterna. Solo creer en Jesús resulta en el nuevo nacimiento. El arrepentimiento puede preceder o seguir la fe en Cristo. Pero es la fe en Cristo, no el arrepentimiento, que es la condición para recibir la vida eterna.
Si obtienes tu teología de personas no salvas en el infierno, es muy probable que estés equivocado. Si obtienes tu teología de Abraham que está? en el paraíso, puedes estar seguro de que tu teología es correcta.