El nuevo coronavirus ha sido un dolor colosal para casi todos. Ha causado que todos cambiáramos nuestros planes. Esto también es verdad con respecto a cómo deseamos y planeamos servirle al Señor.
En mi caso, tenía planes de enseñar algunos cursos bíblicos en un par de países extranjeros este verano. En este momento, se suponía que debía estar en Zambia, haciendo exactamente eso. Mi hija Kathryn iba a ser parte de ese ministerio también. Estamos muy emocionados con lo que hemos visto hacer al Señor en ese país. La gente que enseñamos allá han sido muy abiertos a la teología de la Gracia Gratuita. Nos desilusionamos bastante cuando el virus causó que se cerrara la escuela, y el viaje fue cancelado. Nos quedamos preguntando: ¿Porqué permitió Dios que pasara esto?
En Hechos 16:6-8, Paul podría haber sentido lo mismo. Estaba en su segundo viaje misionero, y vio un gran potencial en lo que había planeado. Quería ir a Asia. En este caso, Asia quiere decir Asia Menor, lo que llamamos Turquía, hoy. La ciudad principal allá se llamaba Éfeso. Si Pablo pudiera establecer una iglesia cristiana en esta ciudad vital, ¡qué impacto habría para Cristo!
No obstante, Lucas nos dice que el Espíritu Santo no permitió esto. ¿Cómo hizo eso el Espíritu? ¿Pablo tuvo una visión que le decía que no podría ir? ¿Le dijo un profeta? ¿Hubo oposición judía que le impidió ir? ¿Hubo un brote de una enfermedad temida? (Dudo que sucedió esto. Solo estoy imaginando algún tipo de coronavirus del primer siglo.) No nos dicen. Solo sabemos que los planes maravillosos de Pablo fueron frustrados.
Entonces Pablo trató de ir al norte a otra región. Se llamaba Bitinia. Esta área se situaba a las orillas sureñas de lo que hoy llamamos el Mar Negro. También era un lugar lógico para ir y parecía prometer muchos nuevos convertidos. Tenía muchas colonias judías, así como muchas ciudades romanas. Era el tipo de situación en la que Pablo encontraría mucho éxito en sus viajes misioneros. Pero otra vez más, el Espíritu dijo que no.
Al contrario, el Espíritu, por medio de una visión, le dijo a Pablo que fuera al oeste. Por lo tanto, Pablo hizo un giro a la izquierda y predicaba las buenas nuevas en Europa–Macedonia y Grecia. Pensaría que Pablo tenía que estar desilusionado sobre la frustración de sus planes originales. Pero, no hace falta decir que lo que Dios hizo con este cambio de planes cambió el mundo. El ministerio de Pablo en Europa ha traído una gran cantidad de fruto espiritual a millones y millones de personas.
Supongo que el coronavirus nos ha causado hacer un giro a la izquierda. Por eso, de nuevo en mi caso, Kathryn y yo hemos tenido que hacer cosas diferentes. A través de Zoom, hemos impartido clases bíblicas en España y en Corea del Sur. Solo esta semana, comenzamos otra clase en Zambia con un grupo totalmente diferente. (Gracias a Bill Feiss por toda su ayuda en esta área.) Quién sabe lo que hará el Señor con esta oportunidad. Quizás se convertirá en algún tipo de llamado macedónico para nosotros.
He escuchado historias diferentes sobre cómo esta situación ha causado que las personas llegaran a los demás con la enseñanza de la gracia de maneras diferentes. Las iglesias están encontrando maneras nuevas de llegar a las personas en línea. Nuevos ministerios están formándose. Quizás el virus está siendo usado por el Espíritu para causar que la gente piense en cosas eternales, ambas la salvación eterna, y las recompensas eternas. Las personas estarán más abiertas a lo que dice la Palabra de Dios.
Realmente estoy cansado del coronavirus. Me hizo perder cosas que estaba esperando y que pensaba que le agradarían al Señor. Pero nuestro Rey es soberano. Solo tenemos que mirarlo por lo que es. Es una señal de desvío que simplemente nos dice que tenemos que girar a la izquierda en el camino en que estamos mientras servimos al Señor.
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Ken Yates es el pastor de la iglesia bautista Little River [Rio Pequeño] en Jenkinsville, Carolina del Sur. Él enseña con GES en los institutos bíblicos por todo el mundo.