A veces las preguntas cortas capturan poderosamente el problema que enfrentan muchas personas. Esta pregunta que recibí por correo de alguien que llamaremos David, es un ejemplo perfecto.
Querido Bob: Cuando era adolescente o un poco más joven, respondí a un llamado al altar. No recuerdo exactamente lo que sucedió allí. Regresé a casa con una alegría que he retenido hasta ahora. No continué asistir a la iglesia o hacer cosas para el Señor. ¿Soy salvo todavía?
Analicemos lo que dijo:
Cuando era adolescente o un poco más joven.
Muchas personas reportan que se convirtieron en cristianos cuando eran niños o adolescentes. No hay un requisito en las Escrituras que uno deber tener 21 años antes de que puede nacer de nuevo. Así que su historia tiene un comienzo prometedor.
Respondí a un llamado al altar.
No hay ninguna promesa de la salvación eterna para personas que responden a un llamado al altar en una reunión evangelística. La promesa es para todo aquel que cree en Cristo para la vida eterna (Juan 3:16; 5:24; 6:47; Acts 16:31). El testimonio de David ha tomado un giro desafortunado. Sin embargo, muchos han llegado a la fe en Cristo cuando respondieron a un llamado al altar y hablaron con un consejero. Así que veremos lo que según él sucedió en el altar.
No recuerdo lo que sucedió allí.
Aquí yace el problema que enfrentan muchos. Si no pueden recordar lo que sucedió en el momento en que creen que posiblemente nacieron de nuevo, entonces no pueden encontrar la seguridad por recordar ese evento anterior. La seguridad es solo para los que creen en Cristo para la vida eterna.
Regresé a casa con una alegría que he retenido hasta hoy.
No hay ningún sentimiento que prueba que alguien es nacido de nuevo. Una persona puede tener alegría por muchas razones. La alegría no es una prueba del nuevo nacimiento. Y la falta de alegría no es una razón para dudar el nuevo nacimiento. La seguridad se basa en creer en Cristo, no en nuestros sentimientos o nuestras obras.
Pero no asisto a la iglesia ni sirvo al Señor.
Aquí están algunas banderas rojas grandes. ¿Por qué menciona su falta de buenas obras? La salvación eterna no es por las obras (Juan 4:10; Ef 2:8-9; Ap 22:17). El hecho de que tiene dudas sobre si es nacido de nuevo debido a su falta de obras muestra que no cree la promesa de la vida eterna hoy en día. Puede haber creído la promesa en el pasado e incluso olvidado de que una vez la creyó. Pero ahora mismo, le falta la seguridad y tiene todo derecho de preocuparse por su destino eterno.
¿Soy salvo todavía?
La cuestión no es si es “salvo todavía.” La cuestión es si es salvo. Una vez que una persona es salva, siempre es salva (Juan 4:10-14; 5:24; 6:35; 11:26). Pero para ser salvo, uno debe creer en Cristo para la vida eterna.
¿Usted ve lo que falta en el testimonio de David? Eso falta en muchos testimonios. ¿Cuándo creyó en Jesús para la vida eterna que nunca se puede perder? Y, en términos de la seguridad, ¿él cree eso ahora mismo?
Digamos que David pudo recordar que hace muchos años, un consejero le había hablado de la promesa de la vida eterna para todos los que creen en Jesús, y recuerda haber creído en Cristo y tener alegría sobre el hecho de que supo dónde iba a pasar la eternidad. Eso nos diría cuándo era que nació de nuevo. Pero no nos diría si tiene la seguridad ahora mismo. Para tener la seguridad hoy en día, uno debe creer la promesa de vida hoy. Mientras que la vida eterna no se puede perder, la seguridad se puede perder. Por lo tanto, si David recuerda un tiempo cuando estaba seguro de que tenía la vida eterna por la fe en Cristo, pero hoy cree en la salvación por las obras, entonces recordando su experiencia no restaurará su seguridad. Desafortunadamente, David no parece recordar estar seguro de su salvación eterna.
Tengo dos sugerencias para David y para todos los que preguntan si son salvos. Primero, lea el Evangelio de Juan. Es el único libro de la Biblia escrito a los no creyentes para decirles lo que deben hacer para tener la vida eterna (Juan 20:31). Sugiero que lea un capítulo al día. Y antes de leer su capítulo para el día, pídale a Dios que abra sus ojos con respecto a cómo usted puede estar seguro de que es salvo. Después de tres semanas, habrá leído el libro entero. Si todavía le falta la seguirdad, empiece de nuevo.
Segundo, encuentre y asista a una iglesia sólida que enseña la Biblia. Tenemos una lista de tales iglesias en nuestro sitio web. Oyendo la enseñanza de la palabra de Dios reforzará lo que está leyendo en el Evangelio de Juan. Tal vez usted querrá hacer una cita con el pastor para discutir lo que ha estado leyendo y cómo puede estar seguro de que tiene la vida eterna.
Dios es galardonador de los que Le buscan (Heb 11:6). Estoy seguro de que David y los demás a quienes falta la seguridad encontrarán la seguridad de la vida eterna si la busquen con diligencia al orar, leer la Biblia, y oír la enseñanza clara de la palabra de Dios.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (La Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento].