La mayoría de los evangélicos están familiarizados con 2 Corintios 5:21. El versículo dice que Cristo fue hecho pecado para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él. La manera más común de entender este versículo es que, cuando una persona cree en Jesús, todos sus pecados son puestos sobre Cristo y la justicia de Cristo le es dada. El creyente es perfectamente justo porque ha recibido la justicia de Cristo.
Hace unos años, un doctorando me envió un correo electrónico pidiéndome que leyera su tesis. Escribió sobre 2 Corintios 5:21 y defendió la interpretación habitual. Eso me obligó a examinar el contexto con más detenimiento. No quiero abordar la interpretación habitual, sino presentar otra manera de ver este versículo. Quizá desafíe a algunos lectores a considerarlo de forma diferente.
La interpretación habitual de 2 Corintios 5:21 es evangelística. Se entiende el versículo como la descripción de lo que ocurre en el momento de la fe. Sin embargo, al examinar el contexto, está claro que Pablo habla a creyentes acerca de cómo deben vivir. En otras palabras, el contexto trata de la santificación, no de la salvación eterna inicial. La interpretación habitual parece fuera de lugar en un contexto así.
El tema de la vida cristiana es claro tanto antes como después de 2 Corintios 5:21. En 5:9-10, Pablo dice que se propone agradar al Señor en su ministerio actual porque comparecerá ante el Tribunal de Cristo. Habla de la muerte de Cristo, pero no a la luz de lo que significa para la salvación eterna. Pablo dice que la muerte de Cristo nos enseña cómo vivir (5:14-15). Esta vida es posible porque en Cristo existe una nueva creación (5:17).
La exposición de la muerte de Cristo en los vv. 14-15 me parece significativa. Si la muerte de Cristo en esos versículos se usa para explicar la vida cristiana, ¿por qué asumimos automáticamente que describe lo que ocurre en términos posicionales en el momento de la fe?
Después de 5:21, Pablo continúa hablando de vivir en justicia. Anima a los creyentes de Corinto a responder a su enseñanza y a su ejemplo. Luego describe cómo él y los que están con él se esfuerzan por andar (6:1-10).
¿Se refiere la palabra justicia en 5:21 a la justicia perfecta de Cristo que el creyente recibe en el momento de la fe? La palabra aparece seis veces más en 2 Corintios (3:9; 6:7, 14; 9:9, 10; 11:15). Cada uno de esos versículos habla de vida cristiana en justicia.
Me pregunto si no deberíamos reconsiderar el tema de 2 Corintios 5:21. ¿Podría tratar también de la vida cristiana? En Romanos 6:10-12, Pablo dice que Cristo murió al poder del pecado y que el creyente ha muerto a ese poder y debe considerarlo su realidad. Como resultado, el creyente no tiene que servir al pecado. Puede vivir en justicia.
¿Podría 2 Corintios 5:21 referirse a lo mismo? En la cruz, Cristo asumió el pecado del mundo. Rompió el poder del pecado para el que cree en Él. Los que creen ahora pueden llegar a ser justicia de Dios en Él. La palabra griega para ser hechos tiene una variedad de usos y es muy flexible. Puede tener el matiz de producir algo.
A la luz del uso de la palabra justicia en 2 Corintios y del contexto de 2 Corintios 5, se puede presentar un sólido argumento de que 5:21 trata de por qué los creyentes pueden vivir en justicia. Creo que el argumento a favor de esta lectura es más fuerte que el de la manera tradicional de interpretar la afirmación de Pablo. No sé si mi planteamiento convencerá a alguien, pero espero que al menos algunos consideren esta alternativa.
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Ken Yates (Maestría en Teología, Doctorado, Seminario Teológico de Dallas) es editor de Journal of the Grace Evangelical Society. Es orador internacional y de la costa este estadounidense de GES. Su libro más reciente es Hebrews: Partners With Christ [Hebreos: Copartícipes de Cristo].


