Dos veces leemos en el capítulo 2 de Santiago que “la fe sin obras es muerta” (Santiago 2:20, 26). Y una vez leemos: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma” (Santiago 2:17). Muchos comentaristas se centran en la palabra muerta. Piensan erróneamente que Santiago quiere decir que la fe sin obras no es fe. Pero muerta en este contexto significa inútil. Fíjate en la expresión “¿De qué aprovechará?” y “de qué aprovecha” al principio del versículo 14 y al final del versículo 16, respectivamente. A continuación, Santiago dice: “Así también la fe, si no tiene obras, es muerta/inútil en sí misma” (Santiago 2:17).
Véase este artículo en inglés para más información sobre el significado de la expresión la fe sin obras es muerta.
La gente no se centra en la primera parte de esa expresión. ¿Qué es la fe sin obras?
Santiago nos dice lo que significa esa expresión varias veces en el capítulo 2.
En el versículo 17, Santiago dice que la fe sin obras es fe “en sí misma”. En los versículos 20 y 26 repite la expresión “fe sin obras”.
La fe por sí misma significa fe sola. En latín, eso es sola fide.
En los versículos 12 y 15-16, la fe sin obras se refiere a las personas que dicen, pero no hacen.
En los versículos 13 y 15-16, es no mostrar misericordia a los necesitados.
En el versículo 14, la fe sin obras es alguien que cree en un principio bíblico, pero no tiene obras que pongan en práctica ese principio.
Si volvemos al capítulo 1, Santiago indica que la fe sin obras es oír la Palabra, pero no hacerla (es decir, aplicarla) (Santiago 1:22, 23, 25).
En español y en griego, la fe sin obras es lo contrario de la fe con obras. Es evidente. Pero rara vez se afirma o se explica.
He aquí algunas explicaciones de Santiago 2:17 de destacados comentaristas de la Epístola de Santiago:
“Este versículo no es más que una forma vívida de afirmar que sin obras la fe no es fe en absoluto, igual que un cadáver no es un hombre” (Adamson, James [Santiago], p. 124, cursiva añadida).
“Santiago no defiende la fe en lugar de las obras, ni las obras en lugar de la fe, ni siquiera las obras por encima de la fe, sino la fe y las obras. Ambas son importantes y deben estar presentes por igual o, de lo contrario, la otra por sí sola es “inútil”, del mismo modo que el cuerpo y el espíritu son “inútiles” cuando están separados el uno del otro” (Davids, James [Santiago], p. 123).
Adamson sostiene que la fe no es fe hasta que no se combina con las obras.
Davids sugiere que la fe por sí sola no puede salvar (de la condenación eterna). “Ambas son importantes y deben estar presentes por igual”.
Están rechazando la idea de la regeneración por la fe sin obras. Es decir, están rechazando la salvación solo por la fe.
Cualquiera que diga que la fe sin obras no salvará de la condenación eterna está rechazando el mensaje de Juan 3:16 y Efesios 2:8-9.
Tomemos la ilustración de Santiago 2:15-16 como ejemplo. Es fácil ver cómo sería la fe con obras en esa situación. El creyente daría comida y ropa al hermano necesitado.
Creer en Jesús es fe sin obras. Creer en la Regla de Oro1 es fe sin obras. La fe sin obras es fe en sí misma.
Es posible creer en Jesús e incluso creer en la Regla de Oro y sin embargo no satisfacer las necesidades de un hermano.
El Señor Jesús dijo que todo el que cree en Él tiene vida eterna (Juan 3:16). No añadió, pero si no tienes obras, entonces no tienes vida eterna.
Eso es también lo que Pablo dijo en Efesios 2:8-9. Somos salvos por gracia por medio de la fe y no obras. La fe que es aparte de las obras es la fe por sí misma. La salvación de la condenación eterna no puede ser simultáneamente por fe con obras y por fe aparte de las obras. Son conceptos contradictorios.
Esta es mi tesis: Si ganamos la vida eterna por la fe con obras, entonces no la ganamos solo por la fe. Eso debería ser obvio.
Además, si ganamos la vida eterna por la fe con obras, no tenemos esa vida hasta que hayamos hecho las obras. Eso también es obvio.
¿Qué obras, y por cuánto tiempo? Teóricamente, un predicador podría decir que Santiago estaba argumentando que una buena obra después de creer en Cristo hace que la fe sea real y resulta en la regeneración en ese momento. Sin embargo, no conozco a nadie que diga eso. Todos dicen que una vida de buenas obras debe añadirse a la fe para que alguien obtenga la vida eterna. Desde ese punto de vista, uno no nace de nuevo en un momento dado. Si así fuera, entonces las buenas obras continuas no serían necesarias. En lugar de eso, serías salvo solo después de haber perseverado en una vida de buenas obras.
La fe con obras es diferente de la fe sin obras. Santiago lo deja muy claro.
¿Cómo se regenera una persona? ¿Se regenera por la fe sin obras? ¿O es regenerada por fe con obras? Una o la otra es correcta. Pero no ambas.
Algunos predicadores tratan de decir que ambas son verdaderas. Eso no tiene sentido. Ese es mi razonamiento.
1 (N. del T.): Máxima moral que expresa la idea de tratar a los demás como a uno le gustaría que lo trataran.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]