En respuesta a un reciente blog que escribí sobre “Cuidado con las explicaciones confusas de Juan 3:16” (ver aquí), Robert pregunta: “¿Cómo abordas Juan 2:23 donde pisteuō se traduce como fiarse1?
He aquí Juan 2:23-24: “Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, …” La misma palabra, pisteuō, se traduce como creer en el v 23 y fiarse en el v 24.
La pregunta implícita de Robert, que escucho a menudo, es esta: Si pisteuō significa fiarse en el v 24, ¿por qué no significa también fiarse en el v 23? ¿No podríamos traducir estos versos como “muchos se comprometieron con su nombre… ¿Pero Jesús no se comprometió con ellos?
Pisteuō se utiliza 100 veces en el Evangelio de Juan. Sólo en Juan 2:24 las traducciones inglesas lo traducen como comprometerse o confiar. ¿Por qué? Porque los traductores consultan el contexto. En el contexto de Juan 2:23, comprometerse a su nombre no tiene sentido. Compárese con Juan 1:12, donde aparece la misma expresión. Y en el contexto de Juan 2:24, Él mismo no les creyó no tiene sentido. (Si Juan hubiera querido decir que Él mismo no creyó en ellos, habría utilizado episteuen eis autous, no episteuen autois).
La palabra pisteuō se usa para referirse al compromiso o a confiar/encomendar sólo ocho veces en el NT, de un total de 246 usos. Ese sentido de la palabra es muy poco habitual en el NT.
Ninguno de estos ocho pasajes explica lo que debemos hacer para tener vida eterna. De hecho, ninguno de ellos se refiere a lo que confiamos o comprometemos a Dios –o a alguien–. Los ocho versículos se refieren a lo que Dios confía o se compromete a los hombres:
Lucas 16:11: Dios confiará las verdaderas riquezas a los vencedores en la vida futura.
Juan 2:24: Jesús no se encomendó a los nuevos creyentes que aún no se habían comprometido a confesarlo públicamente (comparar Juan 3:1-21).
Romanos 3:2: Dios encomendó sus oráculos a los judíos.
1 Corintios 9:17: Dios le confió a Pablo un ministerio.
Gálatas 2:7: Dios encomendó a Pablo el evangelio a los gentiles.
1 Tesalonicenses 2:4: Dios confió a Pablo el evangelio.
1 Timoteo 1:11: Dios confió el evangelio a Pablo (literalmente: “según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí ha sido encomendado.”).
Tito 1:3: Dios encomendó la predicación de su palabra a Pablo.
Dado que los traductores son conscientes de esos ocho usos, traducen Juan 2:23 y Juan 2:24 basándose en lo que dicta el contexto.
Según Juan 1:12, el que cree en el nombre de Jesús es hijo de Dios y ha nacido de Dios. Juan 2:23 dice que muchos creyeron en su nombre cuando vieron las señales que hizo. Por lo tanto, esas personas nacieron de Dios ese día. Pero Jesús no se comprometió ni se encomendó a ellos. ¿Por qué? Porque sabía que no estaban preparados para confesarlo abiertamente ante los hombres.
Si eres es un creyente, no des por sentado que Dios se compromete contigo. Si estás caminando en la luz de Su palabra, entonces Él en verdad te está confiando nuevo entendimiento y lecciones de vida. Pero si estás caminando en la oscuridad, entonces Él no lo está haciendo. La comprensión de la palabra de Dios no se basa principalmente en el intelecto o la técnica de uno. Se basa principalmente en que Dios revela su significado a aquellos que son humildes y buscan. Dios resiste a los orgullosos, pero derrama su favor sobre los humildes.
1 N.T.: En la traducción de Reina-Valera se traduce como fiarse. En algunas traducciones en inglés se traduce como to commit en el sentido de comprometerse con algo o alguien.
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Bob Wilkin es el Director Ejecutivo de Grace Evangelical Society (Sociedad Evangélica de la Gracia). Vive en Highland Village, TX, con su esposa de 43 años, Sharon. Su libro más reciente es Turn and Live: The Power of Repentance [Tornar y Vivir: El Poder del Arrepentimiento]