Entonces Jehová dijo a Moisés: “¿Por qué clamas a mí? Di a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende su mano sobre el mar y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo” (Éxodo 14:15-18).
Los Estados Unidos gastan más en sus fuerzas armadas que el conjunto de otros 144 países, y más que el conjunto de otros diez ejércitos más grandes. Sin embargo, cada pocos años, los políticos batallan sobre si aumentar el gasto ya enorme porque se cree que Los Estados Unidos solo puede estar grande y poderoso si su ejército es grande y poderoso. Poseer las armas más avanzadas del mundo a muchos les brinda un sentido de seguridad. Como dijo el Presidente Reagan una vez, “Paz por medio de la fuerza.”
Los egipcios también confiaron en el poder de su ejército. Durante el tiempo de Éxodo 14, ellos tenían el ejército más poderoso del mundo, con las armas más avanzadas disponibles en aquel tiempo, y estaban a punto de utilizar esas armas para matar y destruir a sus esclavos recién escapados, i.e., los hijos de Israel.
Los egipcios tenían toda razón para sentirse seguros.
Sabemos que los judíos estuvieron aterrorizados de lo que les esperaba. ¿Y qué hizo Dios para aliviar sus temores? ¿Levantó un ejército? ¿Les dio a los judíos armas aún mejores de los que poseían los egipcios?
No. Dios le dijo a Moisés que alzara una vara.
Sí, una vara.
“Tú alza tu vara.”
Incontables miles de lanzas, flechas y espadas de los egipcios fueron dirigidos contra los judíos–y Moisés tuvo una vara.
Claro que eso no tiene ningún sentido terrenal, pero de eso se trata precisamente. Dios quería que Israel aprendiera que su sentido de seguridad y protección no dependía del poder de una vara, sino del poder de Dios. Eso me lleva al siguiente principio sobe la preocupación:
Principio 6: Su insuficiencia completa puede mostrar la gloriosa suficiencia de Dios.
La verdad es que todos solemos confiar en las cosas que nos hacen sentir seguros y protegidos. Y a menudo olvidamos que aquellas cosas no proveen para nosotros; solo son el medio por la cual Dios provee para nosotros. Cuando empezamos a considerar esas provisiones como si fueran el Proveedor, entonces las convertimos en ídolos.
Alzar una vara contra los militares de Egipto fue lamentablemente inadecuado–pero de eso se trataba. Dios iba a demostrar que Él fue gloriosamente adecuado para rescatar a Israel de su situación, y que Su poder celestial fue mucho más grande que el poder terrenal de Egipto, asombrosamente reflejado en la partida del Mar Rojo, el rescate de Israel, y la destrucción del ejército egipcio.
Egipto dependió de sus propios recursos, y fue destrozado, mientras que Israel aprendió depender de los recursos de Dios, y fue rescatado. Sean lo que sean sus circunstancias, ¿está confiando en sus provisiones o en su Proveedor?
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños salvajes. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la vida eterna].