Y dijeron a Moisés: ¿No había sepulcros en Egipto, que nos has sacado para que muramos en el desierto? ¿Por qué has hecho así con nosotros, que nos has sacado de Egipto? ¿No es esto lo que te hablamos en Egipto, diciendo: Déjanos servir a los egipcios? Porque mejor nos fuera servir a los egipcios, que morir nosotros en el desierto. (Éxodo 14:11-12)
“¡No mires hacia abajo!”
¿Has intentado escalar alguna vez?
Mi tío es un escalador (ver la portada aquí y la p.10 aquí). Todavía escala, y tiene unos 60 años. Mientras tanto, mi padre desarrolló el equipo de rescate de rascacielos para su departamento de bomberos. Cuando papá estaba capacitándose para ello, nos llevaba a los niños a practicar la escalada. ¡Esas experiencias fueron suficientes para convencerme de no volver a hacerlo nunca más!
Un consejo que escuchaba a menudo era, “¡No mires hacia abajo!”
¿Por qué no?
Porque si lo hiciera, me centraría en mis problemas, es decir, en la serie de malas decisiones que llevaron a un mamífero no volador y sin garras como yo a escalar una pared rocosa en la que no tenía por qué estar. “¡No es la caída lo que te mata, sino la parada repentina al final!” ¡Gracias, papá! Y al centrarme en los problemas, finalmente, eso fue todo lo que veía. Llenaba mi campo visual hasta que no veía nada más. Y ahí es cuando me quedaba inmóvil. (no sé si suena mas natural así..)
Los judíos se estaban paralizando de miedo. Cuando vieron que los ejércitos egipcios venían y que no tenían ninguna esperanza (terrenal) de escapar, empezaron a volverse en contra de Moisés y comenzaron a desear volver a ser esclavos en Egipto. ¡Cualquier cosa sería mejor que morir en el desierto! En resumen, miraron hacia abajo y se centraron en sus problemas. Y cuando lo hicieron, empezaron a abrumarse y a “horrorizarse” de su situación.
Eso me lleva al siguiente principio sobre la preocupación:
Principio 4: Concentrarse en el problema conduce al miedo, no a la fe.
Si te preocupes demasiado, tienes que darte cuenta de cómo la preocupación se te puede ir de las manos. Así que si quieres superar tu preocupación, centrarte en tus problemas aún más que antes no es la respuesta. Empieza por reconocer ese hábito mental de alimentar tu preocupación. En cambio, alimenta tu fe acudiendo a Dios.
Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. (Sal 121:1-2).
En otras palabras, si estás a mitad de camino de una montaña, y el miedo se instala, no mires hacia abajo; ¡mira hacia arriba!
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños salvajes. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección.