La única y exclusiva condición de ser eternamente salvo es creer. Creer significa ser persuadido de que algo es verdad (véase aquí). Si crees que el mensaje salvador es verdad, eres salvo. No hay nada más que debas hacer. “De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna,” dijo Jesús. (Juan 6:47).
Aunque la única condición de la salvación es creer, como cualquier buen escritor, los autores del Nuevo Testamento usaban metáforas, ilustraciones y sinónimos de fe. Pero nunca pretendían que sus lectores creyeran que esas eran condiciones adicionales de salvación. Por ejemplo, Juan escribió:
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios (Juan 1:12).
Juan está usando la palabra “recibi[r]” como una metáfora de fe. Se puede decir que creer en Jesús es como recibir a alguien. Pero Juan no intenta decir que debes hacer dos cosas para ser salvo, a saber, creer y recibir.
Sin embargo, a veces sucede que los evangelistas modernos toman estas metáforas, ilustraciones o sinónimos y los presentan como condiciones adicionales de salvación. La manera en que evangelizan hace que parezca que debes creer y también hacer estas otras cosas. Y cuando sucede eso, el mensaje salvador se distorsiona o se pierde por completo.
Por ejemplo, aquí hay un extracto de un libro sobre el propósito salvador de Dios. Estas citas vienen de una sola página de ese libro:
“El evangelio es la verdad que todo aquel que invoque el nombre del Señor (buscándolo con fe), será salvo…”
“Nadie ha sido salvo fuera del evangelio, porque “es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Romanos 1:16-17). El evangelio llama a todos a arrepentirse y confiar en el Señor para la salvación…”
“Todo aquel que se arrepiente y confía en el Señor para su salvación e invoca su nombre con fe es perdonado y es acreditado con la justicia, siendo apartado en el Hijo…”
“La salvación es por oír y confiar en el evangelio, la noticia sobre la bondad y provisión de Dios.”
Aquí hay todas las condiciones presentadas como necesarias para la salvación:
- Invocar a Dios
- Buscarlo con fe
- Creer
- Arrepentirse
- Confiar
- Oír
Tal vez el autor cree que palabras como confiar y arrepentirse son sinónimos de fe y que “invocar al Señor” es una metáfora de fe. Puede ser que mantenga que la única condición de salvación es creer. Si es así, ¿queda claro en su presentación? ¿Su modo de presentar el evangelio comunica un mensaje de fe sóla?
Para nada.
Imagina que eres un no creyente que acaba de oír este mensaje evangelístico. ¿Sería claro para ti lo que debes hacer para ser salvo? ¿O crees que posiblemente estarías un poco confundido?
Creo que un mensaje como este confundiría a las personas.
Creo que llegarían a la conclusión de que solo creer no es suficiente. Al escuchar esta presentación la persona pensaría que debe creer para ser salvo, pero que simplemente creer no es suficiente, sino confiar, arrepentirse, e invocar al Señor es requerido también.
Ningún evangelista quiere confundir a las personas. Así que aquí hay un principio general: No presentes metáforas, sinónimos o ilustraciones para la fe como si fueran condiciones adicionales de la? salvación.
Es perfectamente aceptable usar otras palabras para explicar o ilustrar lo que significa creer. Pero asegúrate de dejar claro que no estás dando dos o más condiciones de salvación, sino que estás explicando la única condición. Y si tienes dudas, sé cauteloso y omite las metáforas, los sinónimos y las ilustraciones.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].