En 1 Corintios 9, el apóstol Pablo afirma:
Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos. Y esto hago por causa del evangelio, para hacerme copartícipe de él (1 Corintios 9:22-23).
Este pasaje tan conocido se interpreta a menudo como una guía para la evangelización. Tradicionalmente, la salvación descrita aquí se entiende como la salvación eterna, y el evangelio, como el mensaje de salvación para los no incrédulos. Por lo tanto, estos versículos suelen utilizarse para enseñar cómo ganar a los no creyentes para Cristo.
Sin embargo, el contexto no respalda un propósito evangelístico. Esto se aclara al definir a los débiles mencionados en el versículo 22.
En el capítulo anterior, Pablo habla de su conducta dentro de la iglesia respecto al consumo de carne sacrificada a los ídolos (8:4). Este era un tema controvertido en la iglesia primitiva: algunos consideraban que era pecado comer dicha carne, mientras que otros no tenían problema con ello. Pablo señala que no es pecado comer carne (v. 4). Los creyentes tienen libertad en este asunto. Sin embargo, si un hermano está en contra de comerla, debe abstenerse. Si un creyente que come carne está cerca de un hermano con esta convicción, también debe abstenerse. El apóstol Pablo define a los débiles:
9 Pero mirad que esta libertad vuestra no venga a ser tropezadero para los débiles. 10 Porque si alguno te ve a ti, que tienes conocimiento, sentado a la mesa en un lugar de ídolos, la conciencia de aquel que es débil, ¿no será estimulada a comer de lo sacrificado a los ídolos? 11 Y por el conocimiento tuyo, se perderá el hermano débil por quien Cristo murió. 12 De esta manera, pues, pecando contra los hermanos e hiriendo su débil conciencia, contra Cristo pecáis. 13 Por lo cual, si la comida le es a mi hermano ocasión de caer, no comeré carne jamás, para no poner tropiezo a mi hermano (1 Corintios 8:9-13, énfasis añadido).
Los débiles en este pasaje son los creyentes de Corinto que tenían dificultades con el consumo de carne sacrificada a los ídolos. Pablo no está hablando de incrédulos. Está describiendo la conducta dentro de la iglesia. Pablo es un ejemplo de un creyente que renunció voluntariamente a ciertas libertades (8:4-6; 10:23-25) para ministrar al Cuerpo de Cristo. Cuando Pablo estaba con estos hermanos, se abstenía de comer carne para evitar que tropezaran y pecaran.
Pablo se hizo todas las cosas para los que estaban en la iglesia con el fin de salvarlos de perderse (ver también 10:31-33). Este perderse no se refiere a la salvación eterna, ya que Pablo se dirige a creyentes. Más bien, está describiendo la salud espiritual del hermano débil. Pablo no quería que a causa de no dejar de lado sus propias preferencias, el hermano débil cayera en el pecado y la ruina.
Esto refleja el mensaje de toda la epístola. La iglesia en Corinto enfrentaba problemas de pecado. Su conducta carnal, comportamiento inmaduro, divisiones y orgullo los estaban llevando a la destrucción. Pablo deseaba que la iglesia de Corinto estuviera espiritualmente sana en el Tribunal de Cristo y que fueran salvos de una experiencia negativa en ese día. Esto se refleja en las palabras del apóstol en los versículos siguientes; él se pone como ejemplo de alguien que corre la carrera cristiana para no ser desaprobado en el Tribunal de Cristo (9:24-26). Los creyentes de Corinto necesitaban ser salvos de esta manera. En otras palabras, Pablo está hablando de la santificación de los creyentes en Corinto, no de la salvación eterna de los incrédulos.
Pablo hace esto por causa del evangelio (9:23). En las Escrituras, la palabra evangelio puede referirse a muchas cosas, no únicamente al mensaje de salvación eterna solo por la fe. Las buenas noticias en 1 Corintios incluyen la venida de la resurrección de los creyentes y que aquellos que perseveran serán recompensados (3:15; 9:24-26; 15:1-2, 39-41, 58). Esto se refleja en el contexto inmediato del capítulo 9, donde el apóstol Pablo explica que se disciplina a sí mismo para ser aprobado por el Señor y recibir una corona incorruptible (vv. 24-26).
Pablo no está diciendo que se hizo todas las cosas para que los incrédulos se salven del infierno. Más bien, está describiendo su conducta en la iglesia para servir mejor a otros creyentes. Quiere ganarlos y que estén espiritualmente sanos. Esto nos recuerda que, aunque la iglesia está llamada a amar al mundo caído, no debemos olvidar que nuestra responsabilidad principal es entre nosotros mismos (Gálatas 6:9-10).
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Kathryn Wright tiene una maestría en Estudios Cristianos del Seminario Luther Rice. Ella coordina nuestros viajes misioneros a corto plazo, y también enseña ella misma. Adicionalmente, habla y enseña en conferencias de mujeres, conduce estudios bíblicos y contribuye regularmente a nuestro blog y a nuestra revista. Kathryn y su esposo Dewey viven en Columbia, Carolina del Sur.