Alguien recientemente desafió la idea de que la seguridad forma parte de la esencia de la fe salvadora, al citar 1 Juan 5:13. Nuestro ministerio ha contestado esa pregunta en otras entradas de blog, pero me gustaría poner la respuesta en mis propias palabras aquí. El versículo en cuestión dice:
Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios (1 Juan 5:13).
¿De qué manera este versículo puede refutar la idea de que la seguridad forma parte de la esencia de la fe salvadora? Aquí está el argumento.
Juan dice que les escribe a “vosotros que creéis.” Así que son creyentes. No son creyentes potenciales o escépticos, sino creyentes.
Sin embargo, les escribe “para que sepáis que tenéis vida eterna.” ¿Qué quiere decir Juan?
La frase para que sepáis está en subjuntivo, y expresa potencialidad. ¿Eso quiere decir que los lectores de Juan creen pero carecen de la seguridad de su salvación? Si fuera así, significaría que la seguridad no forma parte de la esencia de la fe salvadora, sino es algo extra o un suplemento. Como escribió J.C. Ryle, “La fe es la raíz y la seguridad es la flor. Sin duda, nunca podrás tener la flor sin la raíz; pero no es menos cierto que puedes tener la raíz y no la flor” (Citado en Allen, 1 John [1 Juan], p. 235).
¿Es eso lo que Juan estaba insinuando?
Mi respuesta es no, y daré una ilustración para explicar por qué.
Cada noche, beso a cada uno de mis hijos en ambas mejillas y les digo que los amo. A veces se retuercen y se quejan, y si lo hacen, hago un punto para decir/me justifico así: “No quiero que sean niños que no saben si su papá los ama. Quiero que sepan que los amo.” Y con eso, suelen ceder. Ahora, cuando les digo eso a mis niños, ¿estoy insinuando que actualmente no saben que los amo? Claro que no. Al contrario, sé que lo saben. Sin embargo, estoy sugiriendo que en algún momento en el futuro, podrían dudar de que los amo, y quiero evitar que esas dudas les surjan.
De la misma manera, cuando Juan dice “os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna,” no está insinuando que sus lectores actualmente carecen de la seguridad de vida eterna. Al contrario, los llama creyentes, y describe lo que creen en los versículos anteriores.
El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida (1 Juan 5:10-12).
No entiendo por qué tantas personas piensan que puedes creer en Jesús y sin embargo, ser agnóstico acerca de la vida que Él da. Esa no es la visión de Juan. Para Juan, el testimonio acerca de Jesús es que la “vida está en su Hijo,” y sus lectores creen ese testimonio. Es decir, creen que “Dios nos ha dado vida eterna” y “El que tiene al Hijo, tiene la vida.” Esta no es la creencia vaga de tantos en la cristiandad hoy en día que afirman creer en Jesús pero no están seguros de si tienen o no vida eterna. Incuestionablemente, los lectores de Juan creían que tenían vida eterna.
La cuestión no es la seguridad actual de sus lectores, sino la posibilidad de que ellos puedan perder su seguridad en el futuro debido a la influencia de los anticristos (1 Juan 2:18). Los lectores ya conocían la promesa de la vida eterna (1 Juan 2:25), y fue precisamente en ese punto que los anticristos estaban tratando de engañarlos: “Os he escrito sobre los que os engañan” (1 Juan 2:26).
¿Sabías que es posible que alguien deje de creer en Jesús y por lo tanto dude de su salvación? Todos conocemos a personas así. Y esa es la cuestión pastoral que le preocupaba a Juan. No estaba tratando de mostrar que la creencia y la seguridad son dos cosas distintas, sino estaba advirtiendo que se puede perder la seguridad de la vida eterna tras creer la enseñanza falsa.
Entonces, volviendo a la pregunta inicial: ¿Juan 5:13 prueba que la seguridad no forma parte de la esencia de la fe salvadora?
De ningún modo.
Pero déjame ir más allá. Este versículo no solo no refuta que la seguridad es de la esencia de la fe salvadora, creo que el pasaje en su totalidad lo implica. ¿Cómo?
¿Cuáles son las dos posibilidades para los lectores de Juan con respecto a la fe?
Si escuchas a algunas personas (incluso dentro del movimiento de la Gracia Gratuita), pensarías que las posibilidades están entre (1) ser un creyente con la seguridad de vida eterna vs. (2) ser un creyente sin la seguridad. Pero eso no es lo que dice Juan.
Vuelve a leer vv 10-12.
Según Juan, o puedes (1) creer el testimonio de Dios de que Él “nos” da vida eterna en Su Hijo, o (2) Puedes llamar a Dios mentiroso.
No hay punto medio.
¿Cómo puede Juan establecer un contraste tan marcado?
Es simple.
Porque la seguridad es de la esencia de la fe salvadora.
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Shawn Lazar es el Editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].