La novela de Charles Dickens, A Tale of Two Cities [Historia de dos ciudades], comienza con esta frase memorable, “Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos…” Algunas épocas son conocidas por sus dificultades. Meramente mencionar una época evoca tiempos difíciles que la gente experimentó, como con la Hambruna Irlandesa de Patatas, el Holodomor, la Gran Depresión, Vietnam, la Gran Recesión, o el 11 de septiembre. Y ahora parece que el año 2020 será el próximo en la lista de años para vivir en la infamia.
Lucas 1:5 se refiere a ese tipo de tiempos horribles: “Hubo en los días de Herodes, rey de Judea…” (37-4 BC). Nota que Lucas construirá su caso a favor de Cristo arraigando su evidencia en la historia. El cristianismo es una religión histórica. A diferencia de los mitos de Grecia o India, la verdad del cristianismo depende de su correspondencia a la realidad porque hace afirmaciones sobre cómo actuó Dios en la historia. Si Teófilo tenía que estar seguro de lo que le enseñaban, necesitaba saber en qué parte de la historia comenzó el cristianismo/la historia cristiana. Por lo tanto, Lucas empieza su narrativo con Herodes.
A cualquiera persona familiarizada con la historia de Israel, el nombre de Herodes evocaría pensamientos oscuros sobre una época siniestra. Después de todo, Herodes fue un monstruo moral y un pretendiente al trono de Israel. Dado que no era un descendiente de David, no tenía ningún derecho divino de reclamarlo. De hecho, ni era étnicamente judío, sino un descendiente Idumeano de Esaú. Y si estás familiarizado con el trama de las Escrituras, sabes que Esaú es sinónimo de enemigo de Dios. Menospreció infamemente su primogenitura (Gn 25:33; Heb 12:16-17), incluso el derecho de ser el antepasado del Mesías, y en cambio se convirtió en el antepasado de una larga línea de enemigos de Israel, como Edom, Amalec, Haman y Herodes.
De hecho, Herodes fue un rey marioneta que gobernó gracias a Roma pagana. Trató de ganar el favor de la gente utilizando medios políticos, tal como la reconstrucción del templo. Mientras tanto, no vaciló en asesinar a su propia familia y amigos (incluso a su esposa e hijos), ni en matar a cienes de niños (Mat 2:1-23)—todo para mantenerse en el poder.
En resumen, estos fueron días oscuros en la historia de Israel. Necesitaba su Mesías. De hecho, la cronología de las sesenta y nueve semanas de Daniel para la venida del Mesías el Príncipe estaba llegando a su punto crítico (Daniel 9:20-27), y las personas piadosas anhelaban la liberación de Dios. Pero Dios había mantenido un silencio profético por varios siglos. ¿Vendría la ayuda que deseaban? Sí, vendría—en el tiempo de Dios, a la manera de Dios, según el plan de Dios. Es difícil esperar. Pero esta es la diferencia entre el Dios vivo y un genio. Él no está a tu servicio.
Pero finalmente, después de siglos de un silencio profético, en los infames días de Herodes, Dios estaba a punto de hablar en la oscuridad.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños salvajes. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].