Imagínate que llaman a tu puerta y te encuentras con dos Testigos de Jehová. Proceden a evangelizarte según su doctrina basada en las obras. Son amables y aparentemente sinceros, pero obviamente confundidos acerca del don gratuito de la vida eterna. A medida que la conversación avanza, compartes el mensaje de salvación de la vida eterna como un don gratuito para aquellos que simplemente creen solo en Jesús para ello. Sin embargo, ellos responden al mensaje de salvación citando Santiago 2. Argumentan que las obras son necesarias y que prueban la salvación. ¿Cómo responderías a su pregunta?
Santiago 2:14-26 ha sido durante mucho tiempo un hervidero de debate teológico. Al explicar Santiago 2:14-26, hay mucho que cubrir. Por ejemplo, las palabras salvar, muerto y justificado necesitan ser definidas. Es necesario prestar atención al contexto del libro, así como al uso de la diatriba griega. También tienes que superar siglos de tradición y mal uso. Puede ser desalentador explicar Santiago 2, especialmente a aquellos que luchan por entender el regalo gratuito de la vida eterna solo por la fe en Jesús.
El mes pasado, me enfrenté a esta situación. Intenté explicar Santiago 2. Sin embargo, si soy honesta, creo que mi respuesta fue confusa para las señoras en mi porche. A pesar de ser breve, creo que di demasiadas explicaciones y noté como sus ojos mostraban desconcierto. Terminaron la conversación rápidamente y se marcharon.
Al reflexionar sobre este intercambio, recordé el viejo acrónimo KISS, que significa “Keep It Simple Saint” [Mantenlo Simple, Santo]. Cuando se discute doctrina, especialmente con no creyentes, es importante simplificar. Cuando se trata de Santiago 2, ¿cómo pueden los enseñantes de la Gracia Gratuita simplificar la conversación de manera significativa para que aporte claridad y no cause confusión? ¿Cómo podría haberlo hecho mejor?
Hay más de una manera de hacer las cosas. El entorno y el tiempo que tengas con la persona influirán en cómo respondas a esta cuestión. Sin embargo, ¿qué pasa si solo tienes un minuto en tu porche, como me pasó a mí? Ayer estaba guiando a alguien a través de Santiago 2 nuevamente. Esta vez, se me ocurrió una declaración resumida que me gustaría haber pensado hace un mes cuando hablaba con los Testigos de Jehová:
Santiago no está enseñando que las obras PRUEBAN nuestra fe,
enseña que las obras MEJORAN nuestra fe.
Esto me parece útil. Es corto, contrasta con lo que se suele enseñar y es un juego de palabras. También es fácil de recordar.
En Santiago 2, se nos da el ejemplo de Abraham ofreciendo a Isaac como sacrificio. Este acontecimiento resulta familiar a la mayoría de las personas que preguntan por Santiago 2. Por lo tanto, es un buen ejemplo en el que inspirarse. Además, tuvo lugar décadas después de que el Señor declarara justo por la fe al patriarca (Genesis 15:6). La obediencia de Abraham al Señor no se da como prueba de salvación, sino que muestra su madurez. Antes de este acontecimiento, Abraham tomó muchas decisiones inmaduras. Mintió sobre la identidad de su esposa (¡dos veces!) para salvar su pellejo. Era temeroso e intentó eludir el plan de Dios acostándose con Agar. Sin embargo, después de décadas de caminar con el Señor, obedeció fielmente cuando se le pidió que sacrificara a su amado hijo. Su fe había MEJORADO. En este pasaje, vemos a un hombre cuya fe ha crecido. Este fue un momento único en la vida de Abraham. Sus obras habían madurado hasta el punto de que estaba dispuesto a sacrificar lo que más amaba. Eso es crecimiento espiritual, no nacimiento espiritual. Sus obras no PROBARON su fe, sus obras MEJORARON su fe. Muchos creyentes no alcanzan ese nivel de madurez espiritual.
Los proponentes de la Salvación por Señorío tienen una famosa expresión. A menudo intentan explicar Santiago 2 diciendo: “Somos salvos solo por la fe, pero la fe que salva nunca está sola”. En otras palabras, si eres salvo, tendrás obras. Se trata de una afirmación contradictoria, según Romanos 11:6. Sin embargo, este cliché se ha popularizado tanto que ahora es una creencia generalizada. Está tan arraigado en la cultura de la iglesia que se ha convertido en un hecho para muchos. Sin embargo, esto va en contra de las enseñanzas del Nuevo Testamento, incluyendo el Libro de Santiago. Las obras no son automáticas, y la madurez es un proceso. Abraham es el ejemplo perfecto de este hecho.
Dicho esto, los enseñantes de la Salvación por Señorío han hecho un buen trabajo simplificando su posición con esta frase. Es corta y llega al punto de su mensaje, sin abrumar. De la misma manera, los enseñantes de la Gracia Gratuita podrían considerar usar un resumen simplificado.
Las obras no PRUEBAN la fe; MEJORAN nuestra fe.
GES ha escrito varios artículos y blogs abordando Santiago 2. Además, Zane Hodges tiene un comentario sobre el Libro de Santiago que está disponible en nuestra tienda de libros.
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Kathryn Wright tiene una maestría en Estudios Cristianos del Seminario Luther Rice. Ella coordina nuestros viajes misioneros a corto plazo, y también enseña ella misma. Adicionalmente, habla y enseña en conferencias de mujeres, conduce estudios bíblicos y contribuye regularmente a nuestro blog y a nuestra revista. Kathryn y su esposo Dewey viven en Columbia, Carolina del Sur.