En la primera parte, hablé de tres juicios que tendrán lugar cuando el Señor regrese: El Juicio del Gran Trono Blanco (Apocalipsis 20:11-15); El Tribunal de Cristo (1 Corintios 3:12-15; 2 Corintios 5:10; Romanos 14:10); y El Juicio de las Ovejas y los Cabritos (Mateo 25:31-46).
Estos tres juicios son los más fáciles de identificar porque son abordados directamente en las Escrituras. Sin embargo, cuando el Señor regrese habrá juicios adicionales que no están directamente nombrados. Estos son más difíciles de identificar debido a nuestra limitada información sobre ellos. Podemos referirnos a estos juicios como los juicios sin nombre.
Aunque la Biblia no da un nombre a estos juicios, sí nos dice que el Señor debe juzgar tanto a los vivos como a los muertos. Toda persona debe rendir cuentas al Señor. Todas las personas están destinadas a morir y a ser juzgadas (1 Pedro 4:5; Apocalipsis 22:12; Hebreos 9:27). Los tres juicios nombrados no abarcan a todas las personas en la historia humana; por lo tanto, tienen que existir juicios adicionales. Además, la Biblia aporta algo de información sobre estos juicios sin nombre. Esta entrada de blog abordará tres de ellos.
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El Juicio de los Santos del Antiguo Testamento
Ninguno de los juicios nombrados incluye a creyentes del Antiguo Testamento como David, Moisés y Abraham. Sin embargo, sabemos que serán resucitados y que los creyentes fieles de esa época serán recompensados (Hebreos 11:39-40). La resurrección de los santos del Antiguo Testamento ocurrirá después de la Tribulación (Dan 12:1-2). Esto es distinto a la resurrección de los santos de la era de la iglesia, quienes serán resucitados antes de la ira de la Tribulación (1 Tesalonicenses 1:10; 5:1-10). Claramente, los santos del Antiguo Testamento serán resucitados cuando el Señor regrese a la tierra al final de la Tribulación de siete años. En ese momento serán juzgados para determinar sus recompensas. Daniel 12:3 describe esta resurrección afirmando: “Los entendidos resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua eternidad“.
En este pasaje, el profeta está hablando de recompensas, utilizando un lenguaje similar a la descripción de la resurrección que hace el apóstol Pablo en 1 Corintios 15. Aquellos que son sabios y han ayudado a convertir a otros a la justicia brillarán intensamente en el reino venidero. No brillarán porque sean salvos; los santos del Antiguo Testamento se salvaron por la fe (Romanos 4:1-5), más que por su propia sabiduría o servicio a los demás. Sin embargo, aquellos en el Antiguo Testamento que vivieron fielmente para el Señor y sirvieron a otros experimentarán una mejor resurrección (Hebreos 11:35) que aquellos creyentes que fueron necios y no lo hicieron.
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Judíos y Mártires de la Tribulación
La Parábola de las Ovejas y los Cabritos se ocupa de las naciones gentiles que son juzgadas al final de la Tribulación. Sin embargo, también se menciona en la parábola a un tercer grupo de personas, a quienes el Señor se refiere como Sus “hermanos” (Mateo 25:40). Lo más probable es que se refiera a los judíos que estén vivos al final del período de la Tribulación y que llegaron a la fe durante esos siete años. Aunque la parábola no se refiere a su juicio, ellos también tendrán que rendir cuentas al Señor. Además, los creyentes que fueron martirizados durante la Tribulación, tanto gentiles como judíos, tendrán que ser resucitados y juzgados. La Biblia no es clara con respecto a cuándo serán juzgados, pero lo más probable es que ocurra en el momento del regreso del Señor a la Tierra.
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Creyentes del Reino Milenario
Otro juicio sin nombre se encargará de los que se conviertan en creyentes durante el reino milenario. Después del período de la Tribulación, el Señor reinará sobre la tierra durante 1.000 años (Zacarías 14:16-21; Apocalipsis 20:4-6). Durante este tiempo se establecerá el nuevo pacto con Israel (Jeremías 31:31-34). Muchas personas nacerán y llegarán a la fe durante este tiempo. La Biblia no nos dice mucho sobre este juicio o cuándo ocurrirá. Sin embargo, una posibilidad es que estos creyentes sean juzgados al final del reino milenario, pero antes del estado eterno. En Apocalipsis 14:6, Juan habla del evangelio eterno. En el contexto de este pasaje, la palabra evangelio se refiere a la Segunda Venida del Señor y al juicio que Él pasará sobre el mundo.
Si has creído en Jesús para vida eterna, puedes consolarte sabiendo que nunca te presentarás ante el Señor para determinar su salvación eterna (Juan 5:24). Además, los creyentes deben consolarse sabiendo que el Juez que viene es fiel y verdadero, y sin parcialidad. Nuestro Rey viene, ¡y esas son buenas noticias!
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Kathryn Wright tiene una maestría en Estudios Cristianos del Seminario Luther Rice. Ella coordina nuestros viajes misioneros a corto plazo, y también enseña ella misma. Adicionalmente, habla y enseña en conferencias de mujeres, conduce estudios bíblicos y contribuye regularmente a nuestro blog y a nuestra revista. Kathryn y su esposo Dewey viven en Columbia, Carolina del Sur.