He estado predicando sobre la oración Padrenuestro en mi iglesia, y en mi propio estudio, sigo escuchando ecos del Edén en las siguientes peticiones:
Padre nuestro que estás en los cielos,
Nos dirigimos a nuestro Padre porque en Gn 1:1, Dios creó todas las cosas, incluso a nosotros. Él no es parte de la creación, sino está por encima de la creación, en el cielo.
Santificado sea tu nombre.
Oramos para que el nombre de Dios sea santificado porque eso era el propósito original de la creación—glorificar a Dios. Adán fue diseñado para gobernar sobre la creación (Gn 1:26, 28), para tener dominio sobre ella, y para cultivar y mantener el Jardín (Gn 2:15)—todo para traer gloria al nombre de Dios.
Venga tu reino.
Oramos para que venga el reino porque el Edén original se perdió (Génesis 3). Ahora oramos por un futuro reino venidero, que en muchos sentidos será la restauración de Edén—un nuevo cielo y una nueva tierra (Ap 21:1)— con un árbol de vida en el medio (Ap 22:2).
Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.
Oramos para que se haga la voluntad de Dios en la tierra porque desde la caída de Adán y Eva, Su voluntad no se ha hecho—no perfectamente. Adán y Eva pecaron. Sus niños pecaron. Tú y yo pecamos. El planeta tierra se ha rebelado contra Dios por mucho tiempo. Así que oramos por el día cuando la voluntad de Dios se haga perfectamente en la tierra, tal como debe ser.
El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.
Oramos para que el Señor nos de nuestro pan diario porque el suelo fue maldecido a causa de la caída (Gn 3:17). Con recursos escasos, conseguir pan requiere mucho trabajo. Así que aprendemos a depender del Creador para darnos lo que necesitamos día a día, en este mundo maldecido por el pecado.
Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores.
Oramos por el perdón, porque como Adán, todos hemos pecado ante Dios y necesitamos Su perdón. Cuando Adán y Eva pecaron, Dios los cubrió con las pieles de animales, presagiando la propiciación de la sangre que Cristo haría por ellos y por nosotros.
Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal;
Oramos para no ser llevados por la tentación como nuestros primeros padres en el Jardín fueron llevados por la tentación de la serpiente. Deseamos vivir una vida que que le agrada al Señor, y necesitamos toda la ayuda que podamos obtener. Oramos para ser liberados del todo el mal que nos rodea y que está en nosotros.
Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amán.
Oramos a Dios porque Él es el Todopoderoso. Oramos a Él, y a nadie más, porque Él tiene el poder. Oramos a Dios para que venga Su reino, porque como creyentes en Cristo, anhelamos estar con Él por los siglos de los siglos, así como Dios lo pensó originalmente. ¡Amén!
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Shawn Lazar es el Editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].