¿Te resulta difícil tener paciencia? Si alguna vez necesitas inspiración en ese área, considera los cuatro ejemplos ofrecidos en Sant 5:7-11.
Primero, está la paciencia de plantar.
“El labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía” (Sant 5:7).
Una sociedad basada en la agricultura necesita aprender a tener paciencia. Sabe qué hay un lapso de tiempo entre sembrar las semillas y cosechar el producto que ningún acto de voluntad puede acortar. Hay que tener paciencia. Todo llega a su tiempo—las lluvias tempranas, las lluvias tardías, y luego la cosecha. No puedes acelerar el proceso.
En segundo lugar, está la paciencia de la profecía.
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor” (v 7a); “porque la venida del Señor se acerca” (v 8b); “el juez está delante de la puerta” (v 9).
¿Cómo ayuda la profecía a formar la virtud de la paciencia en ti? El pueblo de Dios siempre ha tenido que esperar a que Dios cumpliera sus promesas proféticas. A veces se necesitaba entera generación. A veces cientos de años. ¡A veces miles de años! Asimismo, los lectores de Santiago sabían que el Señor iba a venir, pero tenían que tener paciencia. Frente al abuso y la injusticia (p. ej., v 6), en lugar de tomar el asunto en sus propias manos y actuar con ira (1:20), necesitaban esperar en el Señor. Cuando venga, juzgará. Así espera en Él pacientemente.
En tercer lugar, está la paciencia de los profetas.
“Hermanos míos, tomad como ejemplo de aflicción y de paciencia a los profetas que hablaron en nombre del Señor” (v 10).
En el versículo 17, Santiago citó el ejemplo del profeta Elias. Recordarás que Elias se sintió tan derrotado que quiso morir (1 Re 15:4), y tan solo que creyó que era el último creyente en Israel (1 Re 19:10). Los profetas sistemáticamente sufrían la persecución y la muerte (Mateo 23:37), sin mencionar la duda, el miedo y la depresión. Pero perseveraron a través de esas pruebas internas y externas, y Dios los exaltó grandemente. Inspírate por su ejemplo.
Cuarto, está la paciencia de los patriarcas.
“Habéis oído de la paciencia de Job, y habéis visto el fin del Señor, que el Señor es muy misericordioso y compasivo” (v 11).
Job era un hombre rico con una familia grande que perdió todo después de que Satanás lo haya atacado. El diablo quiso probar la fe de Job. ¿Job era fiel solo porque era bendecido? Job aguantó estas pruebas y nunca maldijo a Dios, a pesar de que fue tentado por su esposa, sus amigos y sus circunstancias. Como resultado, salió de sus pruebas aún más bendecido que antes.
Cuando se te desafía a ser paciente frente a las pruebas, recuerda esto: no eres la primera persona que pasa por esto.
Todo el pueblo de Dios ha tenido que aprender a tener paciencia de una forma u otra.
Ellos aguantaron. Tú también puedes hacerlo.
Y si lo haces, te espera una cosecha de madurez espiritual.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].