Por extraño que parezca, una de mis cosas favoritas en las Escrituras es ver cómo las personas discuten con Dios. Se quejan ante Él sobre el sufrimiento que están experimentando.
Me encanta eso porque significa que podemos abrirnos a Dios acerca de las cosas malas que nos suceden y el sufrimiento que experimentamos. Según el modelo bíblico de la espiritualidad, no necesitas fingir que toda la vida es un camino de rosas o que nunca sufres. Dios se preocupa por tu sufrimiento. Puedes reconocerlo ante Él. De hecho, Dios desea que le hables acerca de ello.
¿No es la naturaleza humana quejarse? Necesitamos dar voz a esos dolores. Y podemos ver esas quejas en la Biblia. Por ejemplo, hay Salmos enteros conocidos como “Salmos de Lamento.”
Sin embargo, hay maneras piadosas y no piadosas de lamentarnos ante Dios. ¿Cuál es la manera llena de fe de expresar tus quejas a Dios?
En Fruit for the Soul: Luther on the Lament Psalms [Fruto para el alma: Lutero sobre los salmos de lamento], el autor Dennis Ngien afirma que Dios sabe que necesitas lamentarte para poder pasar del dolor al alivio:
“La función principal de un lamento es proporcionar una estructura para la crisis, el dolor, o la desesperación, lo que a su vez facilita un movimiento ‘fuera de las profundidades;’” (Ngien Fruit [Fruto], p. xxxi).
Entonces, ¿Qué significa lamentar? Ngien dice que los Salmos de lamento tienen los siguientes ingredientes:
En general, los Salmos de lamento tienen hasta cinco componentes básicos: dirigirse a Dios en dolor, quejarse a Dios, confesar la fe, orar a Dios, y doxología (Ngien, Fruit [Fruto], p. xxix).
Y aquí está la estructura que Ngien ve en los Salmos de lamento:
- Dirigirse a Dios en aflicción
- Quejarse a Dios en aflicción
- Declaración de angustias
- Descripción de enemigos
- Queja contra la indiferencia de Dios
- Expresión de fe en aflicción.
- Confianza en la gracia de Dios
- Confianza en la ayuda de Dios
- Petición a Dios en la aflicción
- Imprecación contra enemigos
- Preocupación sobre el destino eterno de sus enemigos
- Peticiones para la liberación de Dios
- Adoración a Dios en aflicción
- Contemplación de las obras poderosas de Dios
- Promesa de una ofrenda de agradecimiento o alabanza
- Gratitud por ayuda anticipada (Ngien, Fruit [Fruto], p. xxix-xxx).
A lo largo de la historia, muchos santos han hallado consuelo orando con los Salmos y utilizándolos para expresar su dolor y dar voz a su desesperación; pero también, por último, para hallar consuelo. Los Salmos de lamento nos enseñan que es correcto quejarnos a Dios. Sin embargo, para pasar del dolor al alivio, debemos dejar que los Salmos nos den estructura a nuestra lamentación, recordándonos que también hablemos de nuestra confianza en Él, y que le pidamos liberación.
La aflicción dará lugar a quejas ante Dios, pero como demuestran los Salmos, deja que tus quejas al final te lleven a la gratitud y la alabanza.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].