¿Sabes qué significa la palabra rajar? ¿O qué pasa si te digo que contaron rollos? El lenguaje siempre está evolucionando. Cada nueva generación parece crear su propia jerga y terminología especial para las cosas. Lo que una generación llamaba carroza, otra lo llama boomer. Lo que antes era ¡cáspita! ahora se dice ¡flipa! Hay innumerables ejemplos de cómo cada generación utiliza las palabras de forma diferente.
El mismo principio se aplica a cómo hablamos dentro de la iglesia. Mientras que palabras como avivamiento y rendición eran comunes hace veinte años, ahora escuchamos palabras como comunidad y relación. Al igual que las tendencias de la ropa, las iglesias a menudo cambian sus palabras para ir junto con lo que está de moda.
La palabra relación se ha hecho especialmente popular entre las iglesias de hoy. Es particularmente popular en el contexto de la evangelización. Por ejemplo, recientemente un grupo de señoras cristianas me dijo que creer en Jesús significa tener una relación con Él. Por lo tanto, los no creyentes están siendo llamados a tener una relación con el Señor para ser salvosi.
Aunque estoy a favor de una nueva y divertida tendencia, me gustaría advertir a aquellos que están evangelizando y usan esta expresión. En primer lugar, y probablemente lo más destacable, es su ausencia en las Escrituras. La palabra relationship [relación]ii no se encuentra en ninguna parte del Nuevo Testamento en la mayoría de las traducciones al inglés, y la expresión relación con Jesús nunca aparece en el Evangelio de Juan. Esto es significativo a la luz del hecho de que el Evangelio de Juan fue escrito para explicar a los no creyentes cómo pueden recibir la vida eterna (Juan 20:30-31). Dado que el Evangelio de Juan se escribió para dar a conocer a los no creyentes cómo pueden ser salvos, y la palabra relación nunca aparece en el libro, eso debería indicarnos que la palabra no es necesaria para la evangelización. Al igual que la palabra rendición, la iglesia ha introducido este término en su lengua vernácula, siguiendo así la tendencia en lugar de las Escrituras.
Alguien podría pensar que estoy siendo quisquillosa. Por ejemplo, la Biblia no usa el término Trinidad, sin embargo, la iglesia lo usa todo el tiempo, y ciertamente es un concepto bíblico. Entonces, ¿por qué no deberíamos usar la palabra relación cuando evangelizamos?
Permíteme ofrecer algunos ejemplos para mostrar por qué este término puede ser confuso. Tengo una amiga que no tiene una relación con su madre. Debido a algunas decisiones desafortunadas de su madre, mi amiga ha perdido el contacto con ella. Este ejemplo puede tener muchas variantes. La situación inversa, es decir, que los padres no se relacionen con sus hijos rebeldes, es muy común. Los abuelos a veces se separan de sus nietos. Las amistades son famosas por ir y venir. Hay muchas personas que han entrado y salido de relaciones románticas toda su vida. Los padres se divorcian y se dice que ya no tienen una relación aunque tengan hijos juntos. En resumen, muchas personas no ven las relaciones como algo permanente.
Además, a menudo hablamos de las relaciones como algo que implica un trabajo duro. Por ejemplo, muchos estarían de acuerdo en que el matrimonio requiere esfuerzo y tiempo. Si le decimos a un no creyente que debe tener una relación con Jesús para ser salvo, le estamos presentando un mensaje de salvación que es incierto y que implica mantener la relación a través de un trabajo duro durante un largo período de tiempo —al menos, el no creyente podría interpretarlo así. En otras palabras, decirle a un no creyente que debe tener una relación con el Señor socava el claro mensaje de que la vida eterna es un don gratuito que nunca se puede perder (Juan 4:14; 10:28). La salvación se presenta como un requisito para toda la vida en lugar de un regalo que se recibe en el momento de la fe. Mi amiga sigue siendo hija de su madre, independientemente de su relación. Lo mismo ocurre con un creyente. En el momento en que una persona cree en Jesús para la vida eterna, se convierte en Su hijo. Sin embargo, una persona puede tener vida eterna pero no mantener una relación permanente con el Señor.
Si piensas que rajar es cortar un objeto con algo punzante, te sorprendería saber que para mucha gente significa hablar mal de alguien. Si quieres contar rollos, algunas personas no pensarán que estás contando rollos de papel uno por uno, sino que estás contando mentiras. Estos ejemplos demuestran que las palabras que utilizamos pueden tergiversarse y redefinirse muy rápidamente. Mientras que puedes definir la palabra relación como sinónimo de creencia, o verla como una realidad permanente, para muchos puede significar exactamente lo contrario.
¿Cómo podemos superar estas tendencias que afectan a las palabras? Animaría a utilizar la palabra que usó Jesús. Es intemporal y nunca pasará de moda. Él utilizó la palabra creer. En el Evangelio de Juan, cuando el Señor hablaba a los no creyentes, ni una sola vez los llamaba a tener una relación con Él. El Señor siempre llamó al incrédulo a creer en Él para obtener la vida eterna (Juan 1:12; 3:16; 5:24; 6:40, 47; 11:25-26). De hecho, la palabra creer se utiliza 100 veces en el Evangelio de Juan. Deberíamos esforzarnos por imitar el lenguaje de las Escrituras, especialmente el que hablaba el Señor cuando evangelizaba. Aunque nadie lo hace a la perfección, nuestro objetivo debería ser compartir un mensaje claro del Evangelio. A la luz de esto, dejemos la jerga y usemos simplemente la palabra creer.
Aunque la palabra relación es un sinónimo inapropiado de creer, la iglesia actual la utiliza de otras maneras. Esto nos lleva a preguntarnos: “¿Hay una buena manera de que la iglesia de hoy incorpore el término?” Exploraré esa pregunta en mi próximo blog.
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i Normalmente, el evangelismo relacional es la idea de que desarrollamos relaciones firmes con los no creyentes y luego los evangelizamos como amigos, no como extraños. Pero si llamas a las personas a entrar en una relación con Jesús para ser salvos, eso podría ser llamado correctamente evangelismo de relación, pero con un significado diferente.
ii La NASB utiliza “relación” en Mateo 19:10: “the relationship of the man with his wife [la relación del hombre con su mujer]”. La palabra parientes aparece tres veces en la NKJV y en la mayoría de las traducciones inglesas (Lucas 1:61; Hechos 7:3, 14).