Aquellos de nosotros que crecimos en los años ochenta y noventa recordaremos una de las sintonías comerciales más famosas de la historia del comercio minorista:
No quiero crecer
Soy un niño de Toys “R” Us
Tienen un millón de juguetes con los que puedo jugar…i
Hemos convertido la niñez en un ídolo, ¿no?
Cuán a menudo les decimos a los niños, “¡Estos son los mejores años de tu vida!” (Pero, ¿es realmente así?)
Es difícil crecer. Especialmente en una cultura que refuerza la inmadurez hedonista o que carece de un claro entendimiento de lo que significa ser maduro. Nos esforzamos mucho por parecer “felices” o “exitosos,” pero ¿qué significa ser maduro?
Tanto las iglesias como los cristianos individualmente enfrentan el mismo problema: “¡No quiero crecer!”
Pero debes crecer.
Lo digo como un imperativo espiritual, no como un resultado inevitable. Tu crecimiento espiritual no se te garantiza. Es por eso que la Biblia te manda a crecer. Si ese crecimiento espiritual fuera a suceder no importa qué, entonces el mandamiento no sería necesario.
Pablo enfatizó la importancia de crecer espiritualmente. Y lo puso directamente en el contexto de la iglesia local:
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo (Efesios 4:11-12).
¿Por qué Jesús les dio a algunas personas esos regalos prominentes? ¿Fue para que pudieran hacer todo el ministerio en la iglesia? Esa es la expectativa típica. De hecho, es normal referirse al pastor como “El Ministro.” Eso pone la carga de hacer todo el ministerio en un puñado de personas. Pero, ¿es eso lo que Pablo les dijo a los efesios?
¡De lo contrario!
La razón por la que se dieron esos papeles fue para “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio” (Efesios 4:11-12). ¿Quién, según Pablo, debe hacer la obra del ministerio? ¿Son sólo los apóstoles y profetas y pastores-maestros?
No.
Los santos hacen el ministerio.
Eso significa tú.
En otras palabras, Pablo no imagina un laicado pasivo y un clero activo. En cambio, el ministerio debería ser completamente participativo. Eso es una forma de decir que todos los creyentes tienen un ministerio para hacer—sin excepciones.
Así que, en lugar de tener una dicotomía entre el clero y el laicado, ¿no sería más bíblico tener una dicotomía entre los capacitadores y los ministros? Imagínate la diferencia que haría eso en la cultura de la iglesia. ¿No cambiaría eso tu auto-percepción y entendimiento de lo que debería estar sucediendo? (No es que estos papeles eran destinados a tener títulos en primer lugar).
En cualquier caso, el énfasis de Pablo en equipar a los santos para el ministerio tiene un objetivo importante:
Para que ya no seamos niños, sacudidos por las olas y llevados de aquí para allá por todo viento de doctrina, por la astucia de los hombres, por las artimañas engañosas del error; sino que hablando la verdad en amor, crezcamos en todos los aspectos en aquel que es la cabeza, es decir, Cristo, de quien todo el cuerpo (estando bien ajustado y unido por la cohesión que las coyunturas proveen, conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor (Efesios 4:14-16 LBLA).
No seas un niño—¡Crece!
Así como es posible que a la edad de 31 años sigas siendo desempleado y jugando en el sótano de tus padres como lo hacías cuando eras niño, es posible que sigas siendo un niño espiritual que no ha crecido hasta llegar “a la condición de un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13, LBLA), y, por lo tanto, no lleves a cabo el ministerio para el cual Dios te ha dotado.
Pablo usó la imaginería de los órganos en un cuerpo. ¿Alguna vez has oído hablar de la hipoplasia? Es cuando un órgano no se ha desarrollado o madurado junto con el resto del cuerpo. Cuando sucede eso, afecta la salud del cuerpo entero. Del mismo modo, tú puedes ser un órgano subdesarrollado e inmaduro en la iglesia local. Y esa inmadurez enfermiza afecta la capacidad del resto del cuerpo de funcionar correctamente.
Debes crecer, no solo por tu propio bien, sino por el bien de tus hermanos cristianos. Ellos necesitan que funciones correctamente para que también puedan funcionar correctamente.
La pregunta es, ¿cómo ocurre ese crecimiento?
En el próximo blog, exploraremos lo que Pablo les dijo a los efesios.
i Toys “R” Us” es una juguetería en los Estados Unidos hecho famoso por su icónico jingle televisivo en la década de 1980.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].