Algunos maestros de la salvación por obras intentarán suavizar—¡u oscurecer!—su mensaje diciendo que hacer las buenas obras es necesario para la salvación, pero que esas obras no son meritorias. Según su opinión, requerir las obras para la salvación solo se convierte en un problema si uno piensa que puede ganarse la entrada al cielo.
¿Es esa una posible posición bíblica?
Considera lo que dijo Pablo acerca del salario y la gracia—
Pero al que obra, no se le cuenta el salario como gracia, sino como deuda (Ro 4:4).
Este es un principio sencillo—si alguien te paga por tu trabajo, ¿eso se considera gracia? No. Si trabajas para alguien, él te debe por tu trabajo. Cuando tu jefe te paga 40 horas a la semana, no te está haciendo un favor, sino que te está pagando lo que te debe por derecho. Está en deuda contigo.
En otras palabras, Pablo quiere que entiendas qué hay una diferencia entre trabajar por un sueldo y recibir un regalo. Y no hace distinción entre obras meritorias y obras no meritorias. Según Pablo, todas las obras son meritorias. Todas las obras son cuestión de deuda y pago. Eso establece el otro lado de la antítesis:
mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia (Ro 4:5).
Podrías esperar que Pablo contrastara al trabajador con el no trabajador. En cambio, contrasta al trabajador con el creyente. Las obras tienen que ver con el sueldo. La fe tiene que ver con la gracia.
Entonces, según Pablo, hay dos posibilidades religiosas: o te aferras a un sistema de obras y salarios, o a un sistema de fe y gracia. Lo que no puedes hacer es tener un sistema híbrido de obras no meritorias mezcladas con gracia, porque uno excluye el otro:
Y si por gracia, ya no es por obras; de otra manera la gracia ya no es gracia. Y si por obras, ya no es gracia; de otra manera la obra ya no es obra (Ro 11:6).
Así que no te engañes—la salvación por fe más las obras “no meritorias” es solo otro nombre para la salvación por obras. Es contraria a la gracia. Debes rechazarla así como Pablo la rechazó, porque si algo es por obras, ya no es por gracia.
El argumento para la salvación por obras no meritorias no tiene mérito.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].