Siempre estoy atento en capturar ilustraciones simples de las verdades bíblicas fácilmente entendibles para la mayoría de las personas. Aquí está una:
Escuché a un evangelista contando la historia de cómo se perturbaron las personas en su iglesia cuando él empezó a llevar a las personas a Cristo, y, como consecuencia, la iglesia empezó a crecer. A algunos que visitaban la iglesia desde hace mucho no les gustó, porque los nuevos asistentes eran más jóvenes, apenas salieron del “paganismo” americano, y eran muy toscos en su apariencia y comportamiento.
El evangelista dijo, “Pensé que si atrapaba los peces, ellos me ayudarían a limpiarlo. ¡Pero resulta que querían que el pez se limpiara antes de venir a la iglesia!”
Se me ocurrió, ¿No es una tremenda ilustración de la diferencia entre la salvación y el discipulado?
La salvación es atrapar el pez.
El discipulado es limpiar el pescado.
¿El pescado necesita limpiarse antes de que lo atrapes? ¡Claro que no! De la misma manera, no necesitas limpiar tu vida antes de que puedas creer en Jesús y nacer de nuevo (Juan 3:3, 16). El único tipo de personas que Dios justifica son los impíos (Ro 4:5). La limpieza viene después de nacer de nuevo, no antes.
Y si el pescado no se limpia, ¿eso quiere decir que nunca lo atrapaste en primer lugar? Otra vez, no. Atrapar y limpiar son dos pasos diferentes. Así que no vayas basando la seguridad de tu salvación en si “te has limpiado” o no.
He pensado que es una manera sencilla de ilustrar la diferencia entre la salvación y el discipulado, ¿no crees?
Por cierto, ¿tu iglesia sabe limpiar el pescado?
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Shawn Lazar es el Editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].