¿El Evangelio de Juan enseña que Jesús prometió vida eterna que nunca se puede perder?
¿Enseña la seguridad eterna?
¿Es verdadera la doctrina de “una vez salvo, siempre salvo”?
Las respuestas a estas preguntas son sí, sí, y sí.
¿Cómo sé? Lea cada de los siguientes versículos:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna (Juan 3:16).
Respondió Jesús y le dijo: Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna (Juan 4:13-14).
De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida (Juan 5:24).
Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás (Juan 6:35).
Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera (Juan 6:37).
Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero (Juan 6:39).
…y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano (Juan 10:28).
Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? (Juan 11:25-26).
Aquí están nueve razones por las que los creyentes están eternamente seguros:
En primer lugar,el que cree tiene vida eterna (cf. Juan 3:16, 36; 4:14; 5:24; 6:47). ¿Cuánto dura la vida eterna? Eternamente. No es temporal, sino eterna. Si pudieras perderla, no sería eterna.
Segundo, el que cree no se pierda (Juan 3:16). Si te pudieras perder, como enseñan muchos cristianos, la promesa de Jesús sería falsa. Solo es verdadera si el creyente está eternamente seguro.
Tercero, el que cree no tendrá sed jamás (Juan 4:10-15; 6:35). El Señor estaba comparando el “agua viva” que le daría a beber a la mujer samaritana con el agua del pozo que ella había venido a recoger. El agua del pozo la volvería a dejar sedienta. Pero si bebiera de Su agua viva, “no tendr[ía] sed jamás,” sino… “ser[ía] en [ella] una fuente de agua que salte para vida eterna” (v 14). Si pudieras perder tu salvación, volverías a tener sed. Pero Jesús dice que eso no puede suceder. El creyente que bebe una vez “no tendrá sed jamás.”
Cuarto, el que cree no vendrá a condenación (Juan 5:24). Jesús está hablando de la salvación eterna aquí. ¿Por qué el creyente no vendrá a condenación? Porque en el momento en que crees, obtienes la vida eterna; así que tu destino eterno ya se ha determinado. Por lo tanto, estás eternamente seguro.
Quinto, el que cree nunca tendrá hambre (Juan 6:35). Así como Jesús comparó creer en Él con beber el agua viva, también lo comparó con comer el pan. Si comes el pan de vida (i.e. crees en Él), nunca más tendrás hambre. Si pudieras volver a tener hambre al perder tu salvación, esta promesa no sería cierta. Si tuvieras que continuar a comer para quedarte satisfecho, esto no sería verdad. Pero Jesús promete que el creyente nunca más tendrá hambre. Es para siempre.
Sexto, el que cree no se perderá (Juan 6:39). Una vez que Jesús te tiene, nunca te perderá. (Incluso si, en este caso, la aplicación directa puede ser a la nación de Israel).
Séptimo, el que cree nunca estará echado fuera (Juan 6:37). ¿Cuántas iglesias enseñan que puedes estar echado fuera si no eres bueno y fiel? Pues, eso no es correcto. Jesús dijo que nunca sucedería.
Octavo, el que cree nunca estará arrebatado de Su mano (Juan 10:28). Una vez que estas en la mano de Jesús, no hay forma de dejarla, caer de ella, o deslizarse entre Sus dedos. No te echará fuera, y nadie te puede arrebatar de Su mano. Estás seguro.
Noveno, el que cree no morirá eternamente (Juan 11:25-26). Jesús estaba hablando con Marta acerca de la muerte espiritual. Una vez que tienes la vida eterna, jamás morirás espiritualmente. Si pudieras morir espiritualmente, esta promesa sería falsa. Pero eso nunca sucederá. Si tú crees, nunca morirás.
Amigo, ¿No ves que la única salvación que Jesús da es eterna? Dwight Pentecost dijo una vez:
Cuando Dios ofrece a un hombre la vida, Dios le ofrece al hombre solo un tipo de vida, y es la vida eterna. La vida eterna es la vida de Dios, y como la vida de Dios nunca podría terminarse por la muerte, así la vida de Dios dada al hijo de Dios nunca podría terminarse (Things Which Become Sound Doctrine, (Las cosas que se convierten en sana doctrina), p. 127).
Cualquier otra forma de salvación no es lo que Jesús prometió.
Pero, ¿qué pasa con los pasajes de advertencia en las Escrituras? Existen, pero asegúrate de leerlos en contexto. No pueden contradecir las promesas de Jesús. La verdad es que hay mucho que un creyente puede perder, si desobedece, pero la vida eterna no es una de esas cosas. Esa vida no es solo por ahora, sino por siempre jamás.
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Shawn Lazar es el Editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].