¿Afirmó Jesús ser Dios?
Considera el episodio en que Jesús calmó la tormenta:
Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen? (Marcos 4:35-41).
Ahora, podrías argumentar que el hecho de que Jesús calmaba la tormenta comprueba su deidad no más que Moisés separando el Mar Rojo o Josué (o los sacerdotes) separando el Jordán o Elías deteniendo la lluvia.
¿Realizó Jesús un “mero” milagro de la naturaleza como cualquier otro profeta, o era capaz de más?
Por favor, considera el Salmo 107, que describe algo que Jehová hace:
Los que descienden al mar en naves,
Y hacen negocio en las muchas aguas,
Ellos han visto las obras de Jehová,
Y sus maravillas en las profundidades.
Porque habló, e hizo levantar un viento tempestuoso,
Que encrespa sus ondas.
Suben a los cielos, descienden a los abismos;
Sus almas se derriten con el mal.
Tiemblan y titubean como ebrios,
Y toda su ciencia es inútil.
Entonces claman a Jehová en su angustia,
Y los libra de sus aflicciones.
Cambia la tempestad en sosiego,
Y se apaciguan sus ondas.
Luego se alegran, porque se apaciguaron;
Y así los guía al puerto que deseaban.
(Sal 107:23-30).
¿Ves algún paralelismo entre el Salmo 107 y Marcos 4?
En el Salmo 107, los marineros están en los barcos; en Marcos 4, los discípulos están en el barco.
En ambos casos, se levanta una tormenta.
Entonces los marineros entran en pánico, al igual que los discípulos.
Los marineros llaman a Jehová mientras los discípulos llaman a Jesús.
Entonces Jehová “calma” la tormenta y “aquieta” las olas; del mismo modo, Jesús reprende al viento y pacifica las olas, “y hubo una gran calma”.
Los discípulos estaban aturdidos.
El salmista dice que esto es lo que hace Jehová. Pero Jesús también lo hizo. Así que los discípulos preguntan, ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?” Comprendieron que la calma de la tormenta era diferente, algo más que un milagro.
“¿Quién puede ser?” se preguntaron.
Según el Salmo 107, ¿quién más puede ser Jesús sino Jehová?
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Shawn Lazar es el Editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio, no a la salvación eterna].