“Un trabajo hecho a medias no vale nada.”
¿Usted nunca se ha sentido como un fracaso en su servicio a Dios?
¿Alguna vez ha contado el tiempo que desperdició, pensando en las cosas que ha dejado sin hacer, y preguntando cómo eso podría afectar su posición eterna en los ojos de Dios?
Seguramente Moisés se sintió así. Aunque era un fiel y poderoso hombre de Dios, no obstante, también falló espectacularmente en hacer el trabajo que Dios le había dado. Moisés llevó a Israel fuera de Egipto (eso era la mitad del trabajo), pero no los condujo a la tierra prometida (eso era la otra mitad). Y debido a eso, fue castigado severamente.
Como usted sabe, en vez de entrar a la tierra prometida, la gente se rebeló, Moisés desobedeció (Números 20:1-13), y como resultado, ni a esa primera generación, ni a Moisés mismo, se les permitió entrar en Canaán. Al contrario, Moisés murió en Moab, fuera de la tierra prometida (Dt 34:5).
La cuestión es, ¿Qué significó eso para la posición eterna de Moisés en los ojos de Dios? ¿Perdió su salvación eterna? ¿Significa que Moisés se fue al infierno? Después de todo, ¡sufrió un castigo severo de Dios!
¡De ningún modo!
Siglos después, Moisés apareció a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan:
Seis días después, tomó Jesús a Pedro, a Jacobo, y a Juan, y los llevó aparte solos a un monte alto; y se transfiguró delante de ellos. Y sus vestidos se volvieron resplandecientes, muy blancos, como la nieve, tanto que ningún lavador en la tierra los puede hacer tan blancos. Y les apareció Elías con Moisés, que hablaban con Jesús. Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para tí, otra para Moisés, y otra para Elías. Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados (Marcos 9:2-6).
La aparición de Moisés en la transfiguración me parece muy alentadora. A pesar de que Moisés terminó su vida habiendo fallado en la tarea principal que le fue encomendada, con su trabajo dejado incompleto, e incluso después de sufrir el juicio temporal de Dios por su pecado, Moisés todavía estaba con el Señor Jesús.
Aquí está la verdad – poseer la vida eterna o no depende de la fe en Cristo, y no de la consistencia en obedecerLo (Juan 3:16, 36; Ga 2:16). Los creyentes pueden fallar…duramente. También pueden ser castigados severamente en esta vida. Pero como demuestra Moisés, los creyentes son eternamente seguros. La verdad asombrosa es que aún si no somos fieles al Señor Jesús, Él sigue siendo fiel a nosotros, así como era con Moisés.
Si fuéremos infieles, él permanece fiel; Él no puede negarse a sí mismo (2 Tim 2:13).
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia. Él y su esposa Abby tienen tres niños salvajes. Es un pastor bautista ordenado. Tiene un Bachillerato en Teología de McGill University y una Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección divina es al servicio].