Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia. (Romanos 6:17-18).
Pablo estaba agradecido.
Alabó a Dios porque los romanos habían experimentado una maravillosa liberación.
Habían sido esclavos del pecado, pero esa situación cambió radicalmente. En lugar de obedecer al pecado y a los deseos de sus cuerpos mortales (vv 12, 16), habían cambiado de esclavitud. En lugar de obedecer al pecado, obedecieron a la doctrina.
La doctrina es indispensable por la misma razón que todo conocimiento:
“Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento.” (Oseas 4:6).
¿Quieres vivir una vida que agrade a Dios? ¿Quieres ser libre de la esclavitud del pecado? Entonces necesitas ser enseñado. Y eso es la doctrina, la enseñanza (del griego didachē, “el contenido de la enseñanza, la enseñanza” (BDAG, p. 241).
Todo el capítulo 6 de Romanos es un ejemplo de cómo la doctrina es el fundamento de la vida cristiana. Pablo comenzó enseñando a los romanos las verdades posicionales que describían su nueva identidad en Cristo (es decir, todas sus declaraciones indicativas). Luego, esas doctrinas proporcionaron la base para las verdades experienciales de la vida cristiana (es decir, sus declaraciones imperativas).
Por supuesto, las iglesias y las religiones están llenas de doctrina. Los rabinos tenían muchas enseñanzas sobre leyes, normas y reglamentos. Y los griegos tenían sus rituales místicos y ascéticos. Pero ese tipo de enseñanza legalista solo puede mantenerte en la esclavitud del pecado y la muerte.
Sí, los romanos necesitaban enseñanza, pero creo que se puede afirmar con seguridad que la doctrina no es cualquier enseñanza, sino específicamente la enseñanza sobre la gracia.
En todo este capítulo 6 de Romanos se explora la dicotomía del pecado y la gracia y las implicaciones de la gracia para el creyente: “¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde?” (v. 1); ” pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.” (v. 14); “¿ Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia?” (v 15). En otras palabras, lo que liberó a los romanos no fue cualquier doctrina, sino la enseñanza sobre la gracia, es decir, verdades maravillosas como la de Cristo crucificado por nosotros; la justificación por la fe aparte de las obras; la unión de los creyentes con la muerte, la sepultura y la resurrección de Cristo; y la posibilidad de caminar en una vida nueva.
Resulta interesante que Pablo diga que los romanos fueron entregados a la doctrina. Anteriormente, Pablo dijo que los romanos debían presentar las partes de su cuerpo, de hecho, todo su ser, a Dios (v. 13). En otras palabras, ellos hicieron la entrega. Pero aquí Pablo afirma que ellos mismos son entregados. Como señala René López: “Normalmente, Pablo se refiere a ‘entregado’ como tradición o enseñanza ‘entregada’ a la iglesia (comparar con 1ª Corintios 11:2, 23; 15:3). Sin embargo, aquí no es la doctrina la que se entrega a los cristianos, sino los cristianos entregados a la doctrina” (López, Romans Unlocked, p. 138). ¿Por qué?
Siguiendo con la ilustración de la esclavitud, Pablo está diciendo simplemente que los romanos habían sufrido una transferencia de propiedad. Eran esclavos del pecado, pero habían sido entregados a la doctrina como su nuevo amo. Como explica Cranfield, “Aquellos a los que se dirige fueron entregados al modelo de enseñanza como esclavos a un nuevo amo” (Cranfield, Romanos, p. 143).
Y Pablo señala que obedecieron a su nuevo amo “de corazón”. Mientras que algunos comentaristas piensan que Pablo está usando la “obediencia” como una metáfora de “creer” (cf. 10:16), yo creo que lo quiere decir en el sentido ordinario.
Después de todo, Romanos 6 trata sobre el comportamiento. ¿Deben seguir pecando? En absoluto. Pablo elogió a los romanos por vivir de forma diferente a la anterior, por lo que dice que “se hicieron esclavos de la justicia” (v. 18). Y al final de su carta, menciona que su “obediencia ha sido conocida por todos” (Rom 16:19). Pablo quiere decir que su obediencia práctica fue conocida por todas las iglesias. “En otras palabras, se habían apartado del pecado para hacer lo que es correcto a los ojos de Dios” (Hodges, Romanos, p. 178).
Además, los romanos habían obedecido de corazón, es decir, genuina y espontáneamente, sin ser forzados. Cualquier amo con un látigo afilado puede obtener la obediencia externa de un esclavo. Pero la gracia logró lo que la amenaza de la ley nunca pudo.
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Shawn Lazar es el editor de la revista Gracia en el Enfoque, y es el Director de Publicaciones para la Sociedad Evangélica de la Gracia (Grace Evangelical Society). Él y su esposa Abby tienen tres niños. Es pastor bautista ordenado. Tiene el Bachillerato en Teología de la McGill University y Maestría de la Free University of Amsterdam. Ha escrito dos libros: Beyond Doubt: How to Be Sure of Your Salvation [Más allá de la duda: cómo estar seguro de su salvación] y Chosen to Serve: Why Divine Election Is to Service, Not to Eternal Life [Elegido para servir: por qué la elección